Alberto García Si me tienes que operar que sea bien, que sepas claramente lo que haces y que me ayudes así a solucionar los problemas de salud que pueda tener. ¿Qué más me da cómo te comuniques, si me puedes salvar la vida en silencio?.
En el aire queda con la imposición lingüística del gobierno valenciano para el requisito en la función pública si la sanidad también considerará imprescindible la lengua valenciana, por encima de las capacidad de nuestros sanitarios de hacer bien su trabajo.
¿Por qué si habla la segunda lengua más hablada en el mundo no es suficiente? ¿Por qué esa manía de tener que poner por delante los conocimientos a una lengua autonómica, en lugar de pensar en la profesionalidad de cada uno?
El gobierno valenciano no cesa ni un segundo en su hoja de ruta a la catalana de imponer el valenciano en cada rincón, el pancatalanismo de Compromís y el apoyo de PSOE, hacen apruebar leyes que siguen el modelo catalán, el modelo que evoca a Joan Fuster y su imaginario de Països Catalans... formado por el País Valencià, País Català y País Balear.
Tres regiones con un idioma que consideran igual para poder crear el sentimiento de nación independiente a la española. Prefieren que seamos catalanes de segunda, a ser valencianos de primera, y por supuesto muy lejos de ser españoles. Lo cual les molesta mucho.
¿Hasta cuando este sin sentido?
No hay que posicionarse en contra del valenciano, ni mucho menos, pero sí en contra de perder la cabeza. Más aún cuando en ningún momento tenemos que considerarnos valencianos de segunda aquellos territorios de la Comunidad Valenciana que son castellano parlantes.
Nos sentimos orgullosos de nuestra historia y de nuestro territorio, se puede aprender y saber la lengua valenciana, pero no se nos debe de obligar a dejar de utilizar en nuestra tierra nuestra lengua materna, que es el castellano, la segunda lengua del mundo.
Que se deroguen las leyes de imposición lingüística, y que jamás tengamos que entrar en un quirófano en el que quien nos vaya a operar sepa más del valenciano que de su profesión, mientras que castellano parlantes mucho más profesionales hayan tenido que salir a trabajar al extranjero porque la lengua autonómica valenciana haya sido el impedimento para desarrollar su profesión.
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