“Os voy a mater pero no voy a ser
yo, voy a pagar a alguien para que lo haga”. Fueron las palabras que tuvieron
que escuchar un maestro y el director del CEIP La Pinaeta del barrio de Baladre
de Port de Sagunt en el tercer episodio de violencia que se produce en el
centro en menos de un año. Y no aguantan más. El personal docente de este
colegio de Primaria, calificado como CAP (Centro de Atención Especial) por su
ubicación, saldrá mañana por la tarde a la calle, junto a representantes del
Consistorio y de los centros públicos de Sagunt y Canet d’En Berenguer, para
reclamar medidas de seguridad para unos trabajadores que no pueden seguir
ejerciendo sus funciones en estas condiciones.
La última situación violenta
vivida en este centro escolar se produjo el viernes de la semana pasada cuando un
maestro tomó la decisión de abrir un parte a una niña que acababa de agredir a
otra. La protagonista del incidente se mostró especialmente violenta al conocer
la decisión del docente: “tiró al suelo todo lo que había en la mesa del
maestro y cada vez se mostraba más agresiva”, relató el director del centro,
Juan Manuel Pérez. Ante ello, tomaron la decisión de dar aviso a los padres de
la alumna y, contrariamente a lo esperado, “la reacción del padre al llegar al
centro fue ir directamente hacia el maestro y darle un fuerte cabezazo”,
explicó Pérez, para a continuación “amenazarnos de muerte”. La policía actuó de
inmediato. Tras interponer la correspondiente denuncia en Comisaría, ahora
deberán esperar a que salga el juicio.
Una situación que no es nueva
para los maestro de un centro en el que durante el curso pasado se vivieron dos
episodios similares con familiares de alumnos. El primero ocurrió en septiembre
de 2017 cuando fue la maestra de inglés la que tuvo que soportar los insultos y
el comportamiento agresivo de los allegados de un estudiante al que había
llamado la atención por pelearse con otro. El segundo se produjo a finales de
curso por la intervención del centro dando aviso a los servicios sociales de Sagunt
–tal como establece el protocolo- del absentismo de unos alumnos. Un familiar
acudió al centro a exigir que le justificaran esas ausencias para no perder una
ayuda, a lo que se negaron Fue también la rápida actuación policial la que evitó
males mayores en ese momento, “aunque tuvieron que emplearse a fondo para
tranquilizar a este hombre, al que incluso tuvieron que perseguir por dentro
del colegio para darle alcance”, señaló.
“No podemos trabajar en estas condiciones”,
remarcó el director, quien señaló que tras lo ocurrido había estado en contacto
con responsables de la Conselleria de Educación y mañana, miércoles, “tengo una
reunión con concejales del Ayuntamiento de Sagunt, el inspector de zona, y
miembros de los cuerpos de seguridad para buscar soluciones a un tema en el que
todos vamos de la mano”, añadió Pérez que también ha recibido una llamada del
alcalde de Sagunt, Quico Fernández.
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