Pilar Tarragón Macías. /EPDA El Día Internacional de la Mujer empezó a conmemorarse por la ONU en 1975, con el objetivo de eliminar todo tipo de discriminación hacia las mujeres lo cual aun no se ha conseguido y por eso un año mas tenemos que volver a salir a las calles para reivindicar esa igualdad tan necesaria.
En marzo de 1911, hace ya 113 años, cuando unas trabajadoras reclamaban aumento de salarios, reducción de la jornada laboral y el fin del trabajo infantil, a 123 mujeres y 23 hombres “los amos” las cerraron y las quemaron dentro de una fábrica textil de New York. Esta catástrofe marco la historia del trabajo y la lucha sindical, y fomentó la creación del Día Internacional de la Mujer.
Los años pasan y todos los 8 de marzo reivindicamos la igualdad de todas las formas posibles, durante este mes actos feministas se reparten por todo el mundo, y las cosas mejoran, pero muy lentamente, la igualdad entre hombres y mujeres todavía está muy lejana.
Me parece muy grave como mujer y como sindicalista que estamos en el siglo XXI y todavía no hay igualdad, continúa la discriminación y la violencia contra la mujer, por el simple hecho de serlo, y también, en los centros de trabajo.
Los que por ignorancia o intencionadamente niegan la discriminación es que no leen los datos, es real y objetivo: que se han registrado 10 feminicidios en lo que va de año 2024, que según la ONU 736 millones de mujeres (casi una, de cada tres) han sido víctimas de violencia al menos una vez en su vida y que esta cada vez empieza a edades más tempranas, que de las personas que sufren acoso el 90% de las víctimas son mujeres y un tercio del acoso sexual se produce en el trabajo, aunque muy pocos son los que se denuncian, es cierto que todavía existe discriminación salarial y que los sindicatos lo demostramos todos los días con los planes de igualdad, es un dato que las mujeres jóvenes soportan una doble discriminación salarial, por ser mujeres y jóvenes a pesar de que ellas tienen un nivel de educación muy superior al de ellos, pero cobran un 15% menos.
Como sociedad debemos condenar enérgicamente todo tipo de discriminación en todo momento, y no sólo ser feministas el 8M.
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