La mujer del yerno Abacuc, María del Mar Sala Martínez (c), hija de la viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM), Vicente Sala. - EFECasado con una de las hijas de la víctima (María del Mar Sala Martínez), Abacuc M.H. ha testificado en la sexta jornada del juicio con jurado por este crimen, perpetrado a tiros el 9 de diciembre de 2016, en el que también ha dicho de su cuñado y único acusado, Miguel López, que (desde hacía años) "si alguien tenía dinero en la familia, era Miguel".
Este yerno de la fallecida ha recalcado que tenía una "magnífica" relación con su suegra porque, entre otras cosas, les había unido emocionalmente que ambos habían superado un cáncer, y ha recordado que en numerosas ocasiones le había aconsejado que no vistiera con tantas joyas.
"Siempre iba con su ajuar: el reloj de su amadísimo esposo de entre 15.000 y 18.000 euros, más dos solitarios de 2,5 quilates y una cruz de unos 4 ó 5 quilates. Yo le decía, no puedes ir con 30.000 euros en joyas porque un día te pueden dar un susto", ha relatado al jurado.
Ha profundizado que, aunque podía ir "con un vestido de 25 euros", su suegra no salía de casa sin las joyas y ha agregado que, por su fuerte carácter, si alguien se las hubiera querido robar, "tendría que tener muchas narices porque no se las habría dejado quitar".
Ha explicado que al principio intuyó la posibilidad de que el crimen se debiera a un robo por las joyas, pese a que la Policía lo desechó.
También ha explicado que la buena marcha de la empresa matriz del emporio familiar, dedicada a los plásticos y con muchas expectativas en Iberoamérica, el norte de África y Europa, pudo haber generado suspicacias en otras mercantiles, aunque ha dejado claro que no se recibieron amenazas de competidores sudamericanos, como hace tiempo se barajó.
En todo caso, ha dejado abierta la puerta a un posible móvil empresarial por parte de terceros al recordar que en la década de 1990 la empresa estaba en riesgo de desaparecer pero que de repente empezó "a crecer" y en 2011 tenía proyección internacional en muchos países, con lo que "a lo mejor hemos pisado algún callo", en el sentido de "hacer daño a alguien, seguro".
Este testigo ha proseguido que desconoce, no obstante, quien se ha podido sentir perjudicado porque la empresa era dirigida por el fallecido Vicente Sala y éste "era una persona muy callada".
Este yerno ha admitido que en los últimos meses había malas relaciones entre las tres hijas con su hermano y la fallecida, y también ha reconocido que los nietos escribieron un mensaje por Whatsapp a la abuela en la que le decían que no le iban a hablar más.
Pero lo ha contextualizado dentro de un intento por convencerla de que no les perjudicara a ellos con las decisiones de los negocios: "Mis hijos nunca quisieron dejar de hablar con su abuela".
Del único acusado y cuñado, Miguel López, ha dicho que "si tiene una virtud es la de cariñoso y muy social", hasta el punto de que podría parecer "un cotilla", y ha añadido que entre los defectos está que "le gusta opinar de todo".
"Eso es bueno para relaciones sociales pero malo cuando hablas y no sabes, porque se te ve el plumero", ha señalado.
María del Carmen Martínez falleció la tarde del 9 de diciembre de 2016 tras recibir dos disparos en la cabeza efectuados a corta distancia cuando fue a recoger su vehículo en el concesionario de coches Novocar, propiedad en aquella época de la familia y administrado por Miguel López, marido de la hija pequeña de la víctima, Eva Fuensanta Sala Martínez, conocida como Fanny.
La vista se reanudará el próximo miércoles, toda vez que dos de los testigos inicialmente previstos para mañana, entre ellos la de este yerno, se han adelantado a hoy, otras dos se han aplazado al miércoles y los dos hijos del único acusado han quedado dispensados de la citación de mañana.
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