José Camarillas. Septiembre
es una época de catarsis para las personas que luchamos por la
democracia. Y este año, después de la campaña de represión a la
libertad de expresión de los ciudadanos (con condenas por contar
chistes sobre dirigentes franquistas o por poner urnas para resolver
conflictos políticos), con más motivo.
En
septiembre, con el inicio del curso político, paramos para mirar
atrás. Para saber de dónde venimos. Recordamos a esos héroes
anónimos que dieron su vida por la libertad y los derechos sociales.
Esos patriotas que, en algunos casos, siguen abandonados en cunetas
(aunque el trabajo de EU en la Diputació de València esté tratando
de solucionarlo, dentro de sus posibilidades, con subvenciones a la
memoria histórica). Y en otros, como nuestro vecino Guillem, siguen
esperando justicia.
Pero,
sobre todo, paramos para coger impulso y saber hacia dónde
caminamos. Queremos una sociedad libre. Tolerante. A la medida de las
personas y los pueblos, no a la de los bancos y las multinacionales.
Donde la gente pueda vivir con dignidad. Donde las mujeres decidan
sobre su cuerpo y su vida sin que nadie las juzgue. Colaborativa.
Donde todos los pueblos quieran estar y formar parte -sin que nadie
les obligue mediante la fuerza- construyendo de igual a igual un
proyecto común del que sentirse orgullosos.
Esos
valores republicanos que se pueden resumir en libertad, igualdad y
fraternidad, que siguen tan vigentes como el primer día, son nuestra
brújula para seguir construyendo pueblo junto a ti.
Y
en esa línea, las mujeres y hombres de Esquerra Unida de Burjassot
hemos trabajado también durante este periodo. En lo interno,
ampliando nuestra ejecutiva para adaptarnos al gran crecimiento que
ha tenido nuestro partido en los dos últimos años, y estrenando
nueva coordinadora local, Amparo López, que sustituirá a Rafa
Palomares después de años de duro trabajo.
En
lo institucional, aportando en el grupo de trabajo de CEMEF-Regidoria
de Turisme para que Burjassot se convierta en un referente de turismo
cultural y logrando que empresas deudoras con el ayuntamiento paguen
por fin sus impuestos. También conseguimos que las fallas, una de
las mayores expresiones culturales de nuestro pueblo (que además
reflejan la realidad social como pocos movimientos), cuenten con un
archivo para su estudio. Incluso logramos el apoyo unánime de todas
las fuerzas para celebrar referéndums en los que los vecinos decidan
qué actividades culturales realizar para dinamizar sus barrios.
En
la calle, consolidando la Universitat Popular, que en su cuarto
aniversario contará con más cursos gratuitos de idiomas, repaso
escolar y actividades de ocio que nunca, e impulsando una ruta
turística, junto a la Fundación CE Blasco Ibáñez, por el
Burjassot blasquista.
Estamos
convencidos de que convertir a Burjassot en la ciudad que queremos y
construir una sociedad más libre y democrática no sólo pasa por
los gobiernos de las instituciones. El trabajo diario de cada uno por
la igualdad, reconociendo nuestras contradicciones para superarlas;
el compañerismo en los centros de estudio y de trabajo; la
solidaridad de la PAH, los grupos antifascistas y las fallas o la
fraternidad del movimiento vecinal y los clubes deportivos son los
pasos que nos permiten avanzar.
Paremos.
Paremos y reflexionemos dónde podemos ser más útiles. Paremos y
miremos las huellas que hemos dejado atrás. Paremos y también
disfrutemos del momento. Estamos mucho más cerca. Y juntos, sólo
juntos, vamos a llegar.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia