La mudanza, cuando
se hace por cuenta propia, suele ser sinónimo de jaleo, dolores de cabeza,
ánimos exaltados y muchos nervios. Al final del proceso solo queda cansancio
físico y mental.
Esto no tiene por
qué ser así. Hay muchas cosas que se pueden hacer antes, durante y después que
son muy útiles a la hora de cambiar de domicilio. Desde contratar una
empresa especializada en mudanzas y dejar todo en sus manos, hasta
tomar decisiones prácticas para que todo sea más llevadero.
Dejar que los
expertos se encarguen
Cuando no hay
tiempo ni experiencia en estos temas, lo mejor es dejar que sean
profesionales quienes se encarguen de la mudanza. Esto garantiza
varias cosas, la primera de ellas es que los enseres viajarán adecuadamente
empaquetados y en un vehículo apto para su transporte.
Contratar expertos
ofrece la tranquilidad de que todo salga debidamente guardado desde la vivienda
de origen y llegue sin daños hasta la vivienda de destino o el almacén que se
haya elegido.
En ese sentido, es
muy útil contar con una plataforma online que ofrezca diferentes
opciones, de modo que el cliente pueda comparar entre distintos proveedores de
servicios, verificar si cuentan con todo lo necesario e incluso recibir varios
presupuestos.
El mayor beneficio
de este tipo de páginas web es el ahorro considerable
de tiempo y dinero que se invertiría en una búsqueda individualizada, al
mismo tiempo se puede tener la tranquilidad de que las empresas agrupadas en
ellas han sido verificadas, tanto en reputación, como en calidad de
servicio.
Una vez que se toma
una decisión, la web hace el enlace entre el cliente y la
compañía para que se definan los detalles finales.
Anticipar los
gastos
Antes de hacer una
contratación, es importante tomarse el tiempo necesario para saber cuál será el
gasto general que implica todo el proceso. Se debe acordar el precio de mudanza con
la empresa elegida y en esa cifra deben estar claramente especificados
todos los servicios que se recibirán.
Aparte de la
mudanza en sí, que incluye solo la carga, movilización y descarga (se
cobra por horas de trabajo), hay otros aspectos que se deben tener en cuenta a
la hora de hacer cuentas:
Limpieza: probablemente se
necesite un servicio profesional ya sea para la nueva vivienda, para la
que se deja o ambas.
Embalaje: los servicios de
expertos en empaquetar mueble y objetos delicados, así como los materiales
que se necesiten en general como cajas, bolsas, cinta adhesiva, etiquetas,
rotuladores, plásticos y papel para envolver.
Almacén: hay compañías que
ofrecen un mes de resguardo. El precio se calcula por metros cúbicos.
Desmontaje y montaje: implica encargarse
de desmontar y recoger todo. Después, en la vivienda destino, desempacar y
montar cada mueble.
Hay empresas que
cobran por metro cuadrado y otras por número de habitaciones. Es importante
evaluar qué es lo que más conviene a fin de sacar el mayor provecho a los
recursos.
Cubrir tantos
detalles como sea posible
A la hora de hacer
un presupuesto es aconsejable que se reciba la visita del experto para que
verifique las condiciones generales del trabajo a realizar, en especial las que
podría afectar el presupuesto:
La cantidad de objetos a
movilizar. Esto
define el tamaño del vehículo que se usará. Se calcula por metro cúbico y
tiene una incidencia importante en el precio de la mudanza.
Objetos frágiles o
especiales.
Se debe hacer un empaquetado diferente en aquellos objetos que se desea
proteger o que requieren de un trato especial.
Objetos muy voluminosos o
pesados podrían
exigir el uso de un elevador especial o una grúa.
Accesibilidad: si el recinto de
salida o el de destino ofrece dificultades para entrar, salir, cargar y descargar,
es probable que se necesite de mano de obra extra.
En líneas
generales, la anticipación es clave para evitar sorpresas y gastos imprevistos.
Hacer planes con
suficiente antelación
Hacer las cosas con
tiempo suficiente es la clave para que cualquier mudanza sea llevadera.La
llegada a la nueva vivienda debe
ser un evento que traiga sensaciones positivas en lugar de ser abrumador.
En raras
excepciones, el cambio de domicilio es una decisión que toma meses, desde
que se concibe la idea hasta que se concreta el proyecto. Por lo tanto, desde
mucho antes de la partida se pueden programar actividades que a la postre
resultarán en un ahorro de dinero.
Desechar lo que no
sirve y donar lo que no es imprescindible evita muchas horas
de trabajo y ahorra espacio, servirá para reducir el precio por concepto de
carga, descarga y almacenaje.
Empezar a empaquetar
las cosas que no se usarán por el tiempo que queda es una idea muy
práctica. Libros, adornos, ropa de otras estaciones pueden ir acomodándose en
cajas.
Aunque lo ideal es
que los niños no estén presentes, a veces no hay alternativa que llevarlos.
Para garantizar la paz lo mejor es tomar todas las previsiones pertinentes como
por ejemplo:
Contar con alguien de
confianza que
ayude con ellos mientras se supervisa la mudanza.
Escoger un par de objetos
favoritos que
puedan tener a mano les ayuda a estar tranquilos.
Acondicionar la habitación
infantil tan
pronto como sea posible al llegar, para que ellos puedan tener un espacio
seguro y confortable donde estar mientras se hace el resto del trabajo.
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