Eugenia Castaño. FOTO EPDA Simón Bolivar le plantó cara a Napoleón
Bonaparte, diciéndole: usted y yo no cabemos juntos en América Latina, Simón
Bolivar, un hombre lleno de fuerza, de optimismo e inspiración, influenciado
notoriamente por todos los cambios ocurridos con la influencia de Inglaterra en
la revolución francesa y la revolución en Estados Unidos de América vio la
posibilidad de llevar un plan en América latina, ya siendo también propiciado por Antonio Nariño
quien llevara y tradujera los derechos del ciudadano. La nueva élite en Europa
de comerciantes y luego también algunos intelectuales contribuyeron con toda la
fuerza a derrocar a una monarquía absoluta, conservando el poder la nueva casta
dominante de la época, es así como se defendían unos derechos pero se cambiaban
unos déspotas por otros. Por mencionar a algunos de los hombres influyentes en
el nuevo pensamiento estaba Voltaire quien por un lado tenía pensamientos
reformistas y por otro tenía una relación estrecha con los nuevos poderes.
No así en los Estados Unidos quienes buscaban
influenciados por sus creencias puritanas la búsqueda de la felicidad, la
libertad y la democracia, sociedad que era proclive a la lectura y escritura en
la que surgieron numerosos personajes de un valor incalculable para su nación
como Lincoln, Jefferson, Adams, Franklin con un punto débil en esa
transformación de ser una sociedad
absolutamente preparada intelectualmente y abierta a los cambios y a la
libertad como fue la barbarie de conservar la esclavitud, los ciudadanos del
norte de los Estados Unidos eran
más abiertos a abolirla mientras que en los del sur hubo movimientos radicales,
quienes consideraban a los esclavos inferiores al resto de personas.
Bolivar soñó una América Latina Unida
emancipándose por el incumplimiento de su palabra con el cambio de la
constitución de Cádiz en España. A su vez en España este quebrantamiento era
producido por la pelea de dos hermanos, Fernando VII el rey legítimo quien al
no tener un hijo varón para heredar, cambió las leyes para que se admitiese por
primera vez a una mujer, su hija Isabel II quien fuera reina por varios años,
después de que su madre fuera reina regente al fallecer su padre. El hermano
del rey Fernando VII, Carlos quien ambicionaba el poder, quería mantener las
viejas estructuras y luchó por ese poder toda su vida. Es así como España se
dividió en dos bandos y se desencadenaron odios, venganzas y ha afectado la
historia de España hasta nuestros días. Sumando a estos hechos la
transformación del mundo con las nuevas ideas de la Revolución francesa,
Revolución en Estados Unidos, Independencia de América, la posterior revolución
industrial, las alianzas de poderes entre los distintos grupos de influencia en
la sociedad, los posteriores crímenes entre unos y otros.
Lo interesante de estos hechos históricos es
comprobar cómo unos patriarcas, una familia pueden mover el mundo como es el
caso de dos hermanos disputándose el poder de un país afectando por tanto la
evolución histórica en el mundo, toda una nación dividida, miles de personas
siguiendo las motivaciones del uno y del otro por todos los intereses que
habían en juego para distintos sectores de la sociedad, aumentando y generando
más resentimientos y odios.
Por otro lado Bolivar, un solo hombre con unas
ideas firmes, sus pensamientos, sentimientos y acciones orientadas hacia un
mismo objetivo, logró arrastrar ejércitos enteros, sin armas, hombres cansados,
en total desventaja e inducirlos a un cambio político y social. Existen y han
existido hombres en la historia que con un pensamiento, una ideología, un
propósito, tienen tal capacidad de influir en su entorno que miles de personas
les siguen, incluso pasados los siglos después de su muerte. Se tejen hechos
históricos, circunstancias que al evolucionar van marcando un camino que trae
consecuencias que unas veces genera progreso y crecimiento de los pueblos
implicados, en otras ocasiones generan odios heredados, destrucción, peleas
eternas, barbarie, muertes en millares de inocentes.
Hoy día podemos recordar acontecimientos pasados,
para entender cuáles son las razones por las cuales tenemos el actual curso de
la historia.
Esos seres humanos que han tenido una gran
importancia, aportando pensamientos y acciones valiosas llevados por su pasión, por sus
circunstancias particulares de lugar y tiempo, en otros casos motivados solo
por intereses creados de posición y poder, por lo que no se puede olvidar al
analizar e imitar o seguir sus ideas cuál fue el contexto exacto en el que
vivieron, porque como tal son solo humanos, con limitaciones, complejos,
intereses personales, o también con equivocaciones.
Se tiende a crear un endiosamiento de
patriarcas, si claro hombres con algún don extraordinario que se destaca e
influye sobre muchos pero ¿Vale la pena perder familia, amigos, vida por unos
ideales que alguien en unas circunstancias históricas concretas actuó en
consecuencia? o ¿Es aplicable una ideología o una postura en todos los tiempos,
acaso no se deben contemplar todos los factores que influyen según sea el
momento histórico?.
Vale la pena que un país entero mantenga una
confrontación eterna defendiendo los ideales de un solo humano que en ocasiones
no deja de ser la disputa de intereses familiares o individuales de unas
personas concretas a quienes las mayorías les otorgan ese poder. Mayorías que
deben sufrir holocaustos, infiernos momentáneos pero que son el foco de odios
futuros, engendrando injusticias y venganzas.
Se fortalece una cadena en las generaciones
que siguen entre las personas comunes que dejan de vivir, de soñar, de
emprender, de crecer, entregándose a causas que no son las suyas, que no les
brindan ni felicidad, ni equidad ni paz.
Solo contribuyen a mantener los poderes auto
establecidos por lustros o a alimentar ambiciones de los nuevos poderes.
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