Guillermo Sampedro.El patrimonio cultural (que incluye el histórico, el industrial y el de la guerra civil, entre otros) local es una de las asignaturas pendientes, una de tantas, de nuestra ciudad. Durante años se nos ha dicho que el patrimonio tenía que ser uno de los ejes sobre el que girara la economía, y que su puesta en valor era indispensable para que sectores como el turismo o la cultura despegasen del todo.
Sin embargo, la situación actual de los elementos patrimoniales que tenemos, que son muchos, con diferentes administraciones en juego, hacen muy complicada su gestión y, sobre todo, esta puesta en valor. No nos engañemos. Nuestro patrimonio depende de alguna de estas tres administraciones, Ministerio, Conselleria y Ayuntamiento. Y las dos primeras nunca han estado demasiado interesadas en su conservación, rehabilitación o mantenimiento.
Los casos más sangrantes hacen referencia al patrimonio histórico, con el Castillo y el Teatro Romano, dependientes del gobierno central o autonómico respectivamente. Dejadez, desidia, olvido y unos cuantos sustantivos más me vienen a la mente. Lo máximo que hemos tenido en años es un parcheo intermitente de pequeñas inversiones, insuficientes a todas luces y que ha tenido que ser rescatado por la labor de entidades sociales como la Asociación del Voluntariado por el Patrimonio, entre otras, o con recursos municipales a pesar de no ser competencia municipal. En cambio, sí ha sido competencia del Ayuntamiento la gestión de la Alqueria de l’Aigua Fresca y el conjunto fortificado del Grau Vell, rehabilitados ambos.
Y en cuanto al patrimonio industrial, se han producido avances pero lo cierto es que todavía queda mucho por hacer. El hecho de que la Fundación del Patrimonio Industrial, propietaria del Horno Alto, Museo y Archivo, se hubiera dejado morir en legislaturas anteriores no ha ayudado demasiado. Pero sí se han dado pasos que invitan a cierta ilusión. En breve arrancarán las obras de rehabilitación del Casino y las del Museo Industrial. Inminente también será la obra de mejora de la Nave de Talleres. Todo ello, junto con la futura rehabilitación del antiguo Economato, a cargo de Conselleria, que nos hacer ver cierta luz al final del túnel.
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