Eduardo del Pozo Querol, Diputado de Ciudadanos en Les Corts Valencianes. /EPDANicolás Maquiavelo es considerado el padre de la Ciencia Política moderna. Su obra capital, "El Principe ", es un tratado de doctrina política publicado póstumamente en 1531.
El maquiavelismo subordina todo, incluidos los principios éticos o morales, al objetivo, a la eficacia política. Para mantener el poder superpone la razón de estado sobre cualquier consideración ética o moral. Para Maquiavelo, la patria, se debe defender siempre con ignominia o con gloria, de cualquier forma, estará defendida. Para obtener el objetivo no tiene ninguna consideración a lo justo o lo injusto, lo piadoso o cruel, lo laudable o lo vergonzoso, dejando cualquier otro respeto, se debe seguir aquel camino que salve la vida a la patria. Para el maquiavelismo, el fin justifica los medios.
Traslademos todos estos postulados al siglo XXI y a la España actual. Tenemos un gobierno basado en la mentira, con un socio involucionista y sustentado por los que quieren destruir el Estado (patria).
Todo esto nos lleva a situaciones esperpénticas. Las feministas imponen la Ley " del Sí es Sí" y su contrasentido ha beneficiado, de momento, a más de 200 condenados por delitos sexuales.
El delito de sedición, penado hasta con 15 años, ha pasado a mejor vida y ha sido sustituido por el de desórdenes públicos agravados con una pena máxima de 5 años.
La malversación sin ánimo de lucro ha pasado de los 12 a los 4 años. Pedro Sánchez es una sastrería haciendo trajes a medida a "sus socios", para los que subvirtieron el orden constitucional.
Pese a esta ignominia, mantiene prietas las filas del PSOE (el estómago, antes que la cabeza), sobrevive la coalición con Podemos, baila el agua con Europa y con los que quieren romper España, polariza a la sociedad, al Consejo General del Poder Judicial y al Tribunal Constitucional los tiene a la sombra y ha dejado en la cuneta a políticos como Rivera, Iglesias o Casado.
Pedro Sánchez por salvar la patria no diferencia, justo o injusto, lo piadoso o cruel, lo laudable o vergonzoso, todo vale, el fin(su sillón) justifica los medios.
Es el Maquiavelo del siglo XXI. Bueno, con una diferencia, la patria es él.
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