Toni Subiela. EPDAPocas cosas tiene que haber peor en esta pandemia, más allá de la propia enfermedad, que ser propietario de una pequeña empresa, de un comercio de barrio o de cualquier negocio del que dependa el sustento de tu familia.
Sin duda lo peor es contagiarse de covid, estar en la UCI o incluso haber perdido a un ser querido. La enfermedad y la muerte son los peores castigos de esta pandemia, pero también hay otros que nos preocupan.
Un autónomo o pequeño empresario con uno, dos o tres trabajadores, como la mayoría de empresas y comercios que llenan nuestras calles, siempre han vivido más o menos al día. Al que le iba un poco mejor podía hacer un pequeño colchoncito de ahorro; pero la mayoría, con llegar a fin de mes pudiendo pagar impuestos y nóminas, sobrevivían e incluso agradecían su estrecho margen teniendo en cuenta la situación de la economía del país en general.
En esa situación, llegó el 13 de marzo y de la noche a la mañana se encontraron con sus persianas bajadas, sin ningún tipo de ingreso, con las facturas de los proveedores llegando al correo como todas las semanas, el pago de las nóminas a 15 días vista y los impuestos trimestrales a punto de llegar. Una situación dramática tanto por lo imprevisible como por su gravedad.
Así, los que tenía colchón empezaron a vaciarlo y los que no lo tenían, a desesperarse. Lo que iba a durar 15 días, duró varios meses, detrás de la primera ola llegó la segunda, luego la tercera y con ella esta especie de nuevo confinamiento encubierto.
Con todo esto, al menos en Burjassot, en mi pueblo, los colchones están vacíos. Desde hace meses muchas familias están arruinadas sin atisbar, ni de lejos, un haz de luz en este túnel en el que nos metió un virus y del que no consiguen sacarnos nuestros dirigentes. Por muy duro que suene, muchos pequeños empresarios no pueden pagar ninguna factura, ningún impuesto y hasta les cuesta poder ir al supermercado. Sí, hay muchas neveras vacías también.
En esta preocupante situación, como le dijo mi compañero Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, a una diputada de Más Madrid, pedir un nuevo confinamiento es muy fácil teniendo seguro su sueldo de diputada. Sin embargo, no todos podemos vivir de un sueldo público, porque estas nóminas las pagan los impuestos de los que levantan sus persianas todos los días, y cada vez son menos.
Por eso, seamos prudentes, mantengamos distancias de seguridad, usemos la mascarilla siempre, evitemos reuniones con amigos… y apliquemos el sentido común a la hora de tomar decisiones que cierren negocios, arruinen a familias y aumenten las listas del paro. Vamos a vacunarnos todos lo antes posible y a salir de esto cuanto antes.
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