Imagen de un cirujano operando, facilitada por Vithas. EFEEl miedo a ser infectado con coronavirus provoca que pacientes que requieren una rápida intervención médica por infarto se queden en casa, según un estudio de la Asociación Española Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que ha advertido de que en caso de síntomas hay que ir al hospital, pese al confinamiento.
La SEC ha advertido que durante el estado de alarma ha habido una reducción del 40 % en el tratamiento del infarto y ha advertido que no recibir asistencia ante síntomas de infarto puede traducirse en discapacidad a medio plazo.
En un comunicado, el grupo Vithas ha informado de que el hospital 9 de octubre ha atendido a un paciente en UCI con una insuficiencia cardíaca grave, tras un infarto de miocardio evolucionado, provocada por demorar la atención en ir al hospital.
La situación es "preocupante" porque aumenta el riesgo de mortalidad, ya que no es que haya menos infartos sino que no se acude al hospital cuanto aparecen los síntomas y "precisamente, la atención temprana es vital, literalmente, en este caso, porque aumenta las posibilidades de supervivencia".
El doctor Alberto Berenguer, de la Unidad de Cardiología Intervencionista de Vithas Valencia 9 de Octubre ha sostenido que "existe unanimidad entre los profesionales: más vale pecar por exceso que por defecto. Ante síntomas de infarto hay que acudir al hospital".
"Nada de dejarlo para más adelante. Si finalmente no es serio, mejor. Pero si lo hay, lo tenemos que detectar y tratar cuanto antes", ha añadido y ha resumido que los síntomas de alarma son dolor en el pecho, pálpitos, mareo y/o pérdida de conocimiento y ahogo y sensación de no poder respirar.
Al igual que el resto de hospitales Vithas en España, en el Vithas 9 de Octubre también se ha activado un protocolo quirúrgico con dos circuitos perfectamente diferenciados para pacientes con o sin covid-19.
En los últimos días, el equipo de UCI de este centro atendió un ingresó con síntomas muy avanzados de infarto, que desembocó en una insuficiencia cardíaca severa y cuyo cuadro clínico apunta a que el paciente pudo, inicialmente, desatender los síntomas y la tardanza en ser trasladado al hospital imposibilitó las medidas iniciales que hubieran mejorado su pronóstico.
El cirujano cardiovascular Anastasio Montero ha considerado que "hay que empezar a operar ya al paciente cardíaco que ha estado esperando durante casi dos meses; las consecuencias de infección por covid-19 pueden ser nefastas, pero desatender las necesidades apremiantes de estos pacientes también".
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