Juan Benito Rodríguez Manzanares. EPDALa playa de la Malvarrosa en la
actualidad es un centro turístico de primer orden donde valencianos, españoles
y turistas provenientes de todo el mundo, se solazan paseando por su Paseo
Marítimo construido en 1990, el cual acoge innumerables restaurantes de primerísima
calidad, arrocerías donde poder degustar la paella valenciana y otros ricos
manjares de la tierra, siendo estos restaurantes los herederos de los antiguos
chiringuitos que cada año se construían en las arenas de la playa, y que tan
buenos recuerdos traerán a muchas personas.
En la playa de la Malvarrosa,
que limita al sur con la playa del Cabanyal y al norte con la playa de la
Patacona, perteneciente al municipio de Alboraya, podemos encontrar numerosas
pistas de voleibol que limitan con la playa del Cabanyal, el Tovar Beach Volley
Club, diversos juegos infantiles y para las personas de movilidad reducida, una
zona exclusiva para el baño de las mismas.
No muy lejos de la línea de
playa y muy cerca de la playa de la Patacona, desde 1902, cuando prácticamente
todo a su alrededor era un marjal, se alza la que fue la casa de Vicente Blasco
Ibáñez (1867-1928), hoy museo Blasco Ibáñez, quien paseó innumerables veces por
esta playa junto al que fue uno de sus grandes amigos, Joaquín Sorolla Bastida
(1863-1923), quien supo plasmar la belleza natural de esta playa cuando aún era
el lugar donde las damas paseaban con sus blancas pamelas salvándolas del sol o
los bueyes eran los grandes artífices de la llamada Pesca del Bou.
Lo que hoy se conoce como la playa
de la Malvarrosa en un principio era un marjal, una zona de humedales con una
gran riqueza en flora y fauna. La costa era utilizada por los pescadores que
tiraban sus redes, las cuales eran recogidas por dos barcos con vela latina que,
al llegar a la orilla le pasaban el testigo de la recogida de las redes a
sendos bueyes que las sacaban a la orilla.
Pero todo esto sería alterado
definitivamente por el botánico francés Jean Felix Robillard Closier
(1812-1888), el cual se formó en Francia, en el «Institut Horticole de Fromont»
y en el «Jardín de Plantes» de París, donde algunos años antes también estudió y
se formó el botánico valenciano Antonio José de Cavanilles (1745-1804).
Robillard era jardinero Jefe de
los Campos Elíseos, pero tras ser nombrado Jardinero Jefe del Jardín Botánico
de Valencia, se afincó en la ciudad del Turia en 1848, y poco tiempo después,
tras ver las posibilidades de la zona de la actual playa de la Malvarrosa, que
en ese momento como he citado, era un marjal, adquirió en 1856 unos terrenos
que hizo desecar para plantar en ellos diferentes plantas florales como rosas,
jazmines y una especie de geranio llamada popularmente «malvarrosa» por el
color de sus pétalos rosado-malva muy intenso, con el objetivo de extraer de
ellas los aceites esenciales para poder ser procesados. Y aunque fueron
diferentes flores de las que se cultivaron inicialmente en los terrenos de
Robillard, tan sólo fue la malvarrosa en su variedad llamada científicamente «Pelargonium
Capitatum» la que definitivamente se cultivó para su explotación a nivel
industrial. Debió ser impresionante ver todas las tierras próximas a la costa
de color malva. Como apunte extra comentar que el Jardín Botánico de Valencia
tiene catalogada a esta planta como una planta medicinal, pero a su vez está
incluida en la lista de plantas invasoras de España, recomendando plantar cualquier
otra variedad de la especie Pelargonium.
Estas plantaciones, que acabaron
siendo de malvarrosas en su totalidad, fueron las que dieron nombre a la playa
cercana y, además, a todo el barrio, que aún conserva ese nombre, que se fue
creando alrededor de las fábricas, las cuales en un principio estuvieron
situadas en las construcciones de algunas antiguas fundiciones.
Robillard dividió su propiedad
en tres grandes espacios diferenciados. Su casa, que se encontraba en la calle
de San Rafael, el huerto donde cultivaba las flores y la fábrica propiamente
dicha donde destilaba esos aceites esenciales con los que poder realizar
jabones, perfumes y otros productos de perfumería, los cuales eran muy
apreciados no sólo en Valencia y España, sino en todo el mundo.
En este momento hay que hacer
notar que esta fábrica fue la primera de su clase que se construyó en España, y
por ese motivo, también la primera de Valencia en la que se realizaron jabones
perfumados, jabones de tocador, perfumería diversa y productos afines, de los
cuales aún quedan multitud de embalajes, algunos de ellos metálicos en los que
en sus tapas se puede leer:
«Polvo Seductor. Robillard S. A.
Valencia - Blanco»
O también:
«Polvo de jabón higiénico. J.
Robillard. Valencia»
Y en un afiche de la época donde
se ve una hermosa mujer con traje regional valenciano y con un ramillete de
flores de malvarrosa en la mano, se puede leer:
«Fábrica de Perfumería Extra
Fina de J. Robillard y C.ª. Valencia»
Y en una publicación de la
época, en la página 186 podemos leer:
«Casa Fundada en 1860
Primera Fábrica de Esencias
Montada en España
…
Primera Fábrica de jabones finos
de tocador y perfumería
Establecida en Valencia
J. Robillard y C.ª
…
Sucursal y venta al detall
66 :: Plaza Cajeros :: 66
Valencia
Cuando falleció Robillard a los
76 años, fue enterrado en el cementerio del Cabanyal, y más de un siglo
después, en 2010, se le dio su nombre a una plaza en el barrio de la Malvarrosa
gracias a la presión de sus vecinos.
La playa de la Malvarrosa en la
actualidad acoge un festival aéreo anual en el que participan numerosos aviones
tanto de entidades civiles como militares entre los que cabe destacar la
Patrulla Águila, los cazas del Ejército del Aire Español o el CRJ-200 de Air
Nostrum.
También al llegar Pascua
Florida, dado que en la costa se producen fuertes vientos, acuden jóvenes y no
tan jóvenes, a volar sus cachirulos.
Sin lugar a dudas, la Playa de
la Malvarrosa es una emblemática playa valenciana que tienes que ver, aunque tu
visita a la ciudad del Turia sea en invierno.
Valencia es sinónimo de cultura
y de multitud de primeras veces.
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