Comprender
el mundo es un derecho de todas las personas, por supuesto también
de las personas con discapacidad intelectual. Y el mundo también son
las fallas. Así que algunas comisiones se han sumado a hacer sus
fallas accesibles a las personas con discapacidad y concretamente a
las personas con discapacidad intelectual.
Plena
inclusión Comunidad Valenciana ha adaptado los textos de las
explicaciones de las fallas de Convento Jerusalén o la falla Xúquer
de Cullera a lectura fácil, para que puedan ser comprendidas por
personas con discapacidad intelectual o personas con dificultades de
comprensión.
La
lectura fácil es una manera de escribir con palabras sencillas lo
que queremos decir y transmitir, una herramienta para que la gente
que no suele leer, lea y entienda lo que está escrito. La lectura
fácil es una de las herramientas de la accesibilidad cognitiva que
se define como la característica de los entornos, procesos,
actividades, bienes, productos, servicios, objetos o instrumentos que
permiten la fácil comprensión y la comunicación.
Como
organización que representa a las personas con discapacidad
intelectual reclamamos el derecho a acceder a la información, a
entenderla y a comprender los espacios por los que nos movemos para
tener las mismas posibilidades que el resto de personas. Las fallas
son cultura y patrimonio y entenderlas también es un derecho de las
personas con discapacidad intelectual.
De
ahí que desde Plena inclusión CV apostemos por la lectura fácil y
asesoremos a entidades, empresas y asociaciones para poner en marcha
acciones de accesibilidad cognitiva con la intención de facilitar
comprender el mundo.
En
la Comunidad Valenciana, Plena inclusión está formada por un total
de 51 asociaciones, casi
7000 personas socias y más de 7000 personas con discapacidad
intelectual, 180 Centros y servicios y 1500 profesionales al igual
que personas voluntarias.
Es una federación más de las 19 que conforman el Movimiento
asociativo Plena inclusión en toda España. Nuestro objetivo es la
plena inclusión, esto significa que cada persona con discapacidad
intelectual o del desarrollo pueda tener un proyecto de vida propio,
y participar en la sociedad como el resto de ciudadanos y ciudadanas.
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