El abogado, Jaime Navarro. EPDAY no se piense nadie que este aullido va en broma. En absoluto. Para empezar, comenzaré diciendo, que el dialecto murciano, que no confundir con el panocho -que este es el habla particular exclusivamente de la sublime huerta de nuestra muy amada y siempre añorada Murcia-; como decía, el murciano ha llegado a hablarse no sólo en la propia Murcia, si no también en parte de Castilla, sur de la Comunitat Valenciana y este de Andalucía. Ahí es nada...
Por lo que es fácil colegir que de las lenguas, hablas o dialectos que se parlotean en nuestro "país de países", antes conocido por "Este país", y todavía más antiguamente, tildado incluso de "Las Españas", la más extendida, excluida la lengua censurada hoy en nuestro sistema educativo, como vemos, es sin duda el romance murciano, ya que además de hablarse en la tan extensa Murcia, una de las provincias más
notables de nuestro país de países, no se olvide, también ha logrado penetrar en territorios de la antes conocida como Castilla la Nueva, oriente de Andalucía y sur de los también llamados Países Catalanes. Nada menos.
Por lo que como habrás imaginado, paciente lector, la extensión territorial de tal lengua es incluso mayor que la de las otras que nuestra docta y recién estrenada presidenta del Congreso, ha elegido en exclusiva, con el nihil obstat de Waterloo, of course, para poderse usar con total naturalidad en su hemiciclo (digo el de Puigdemont); lo cual no deja de ser chocante por tan irracional e injusto. No es cierto...?
Pues adviértase, no sin admiración que el marginado murciano hermana pues tanto a Castilla, como al antiguo Reino de Aragón, y a la simpar Andalucía. Por lo que censurada escolarmente también la lengua común del país, es sin duda la única que puede ser casi tan inclusiva, sostenible y resilente, como esta otra hoy tan desventurada.
Aunque tanto capricho y olvido no ha de extrañarnos lo más mínimo, ya que doña Francine Armengol, si por algo se distinguió en su gloriosa presidencia de las Baleares, es por ser una experta y tenaz censora de la dicha lengua franca del país de países, especialmente en sus entrañables guarderías y escuelas; además de cancelar y sancionar de lo lindo a todo médico, sanitario o funcionario que aún reputado, sólo conocía para su mal la lengua proscrita.
De estos polvos pues, y como siempre, aquestos lodos: queridos murcianos...
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