Las Campos - Foto: elperiodico.comLa de vueltas que da la vida.
Hace algo más de una década, no mucho más, María
Teresa Campos pegaba un golpe en la mesa y ahí no le rechistaba ni Dios.
Solo había que ver la mesa de política que ocupaba la última parte de su famoso
Día a Día. A La Campos no le tosía
nadie, ni Vasile. Que eran ya
muchísimos años de éxito absoluto como presentadora y directora labrados a base
de mucho esfuerzo. Entonces, ¿qué necesidad hay hoy en día a sus 75 años en ser
más noticia por su vida privada que por su profesión como comunicadora y
participar en ello? ¿por qué María Teresa ha decidido exponer tanto su privada y
en parte venderla participando en un docu reality como Las Campos? porque imagino que le habrán pagado por ello… Ahora que
podría estar tranquilamente en casa nadando en su bañera de oro y disfrutando
de la vida, decide “enfrentarse” a
supuestas amantes de su pareja, a las críticas más feroces hacia sus hijos y a
batallas con colaboradores que han aprovechado Las Campos para criticarla como
nunca antes se habían atrevido. No hay necesidad.
Hay varias razones que
pueden explicar el porqué de que La Campos haya decidido a su edad el airear lo
que hace y dice dentro de su casa. La que fuera Reina de las mañanas debe asumir que su tiempo en televisión ya
pasó, que hoy el tipo de magazine amable que tanto éxito le dio en el pasado no
tendría éxito. Que para todo hay una edad y que no siempre se puede estar en
primera plana. ¡Hasta a Matías Prats
le llegará su hora! Está claro que La Campos no puede vivir sin salir en
pantalla. Su buena imagen y el tipo de programa que hace los fines de semana
hacen que las marcas confíen en ella. Si fuera por las audiencias, Qué tiempo tan feliz hubiera acabado
hace mucho tiempo. Cualquier película americana de tercera a mucho menor coste
haría igual o más audiencia. Es lamentable pero es la realidad. Y si no que se
lo digan a Antena 3 con sus Multicines. Pero ella no puede vivir
sin aparece en la tele. Y quizás el docu reality ha podido ser visto por la
andaluza como su última oportunidad de brillar. El valor de Las Campos no es
tanto por la audiencia, que pese a ser buena tampoco es el éxito del año, sino
por la de morbo y carnaza que proporciona a Sálvame, Deluxe y El programa de Ana Rosa. Amén de las
revistas que se hacen eco de él y de todo lo que ahí pasa.
Otra razón es que quizás
María Teresa Campos lo haya hecho más por Terelu
que por ella. Está claro que los días en televisión de la madre pronto
terminarán y María Teresa o T5 decidirán que Qué tiempo tan feliz debe echar el
cierre. Pero Terelu es joven y necesita trabajar. Su alto nivel de vida, dicen,
tiene un coste. Y además que es joven para seguir queriendo y necesitando
trabajar. No ha sido una buena época para Terelu, convertida ahora en la chica
de moda de T5. Primero María Patiño
le quitó el Deluxe, su aumento de peso se disparó, sus colaboraciones en
Sálvame se limitan a dos días a la semana… Terelu esperaba como agua de mayo
ser protagonista de algo aunque éste sea un programa donde se le ve en su
esfera privada, también a su madre. Es el precio que hay que pagar por tener
programa propio en la parrilla. Y el morbo ha sido tal, sobre todo por el tema
de Terelu y su relación con la comida, que la hija de la Campos ha sido y es
protagonista de tertulias y revistas. De nuevo en primera plana. Lo que ella
quería. Y todo colocando a la vez a María Teresa Campos en el candelabro de los dimes y diretes de los
programas del corazón.
Podíamos haber recordado a
María Teresa Campos (y en gran parte lo hacemos, claro está) como esa chica Hermida que destaca sobre las demás,
incluso hasta por encima de Nieves
Herrero. Como la comunicadora, que no periodista, que le ganó el puesto al
propio Hermida, que fue líder durante más de una década en las mañanas de la
televisión en España escribiendo su propia página en la historia de la pequeña
pantalla con éxitos como Pasa la vida
o Día a Día. Como la presentadora que firmando por Antena 3 firmaría uno de los
fichajes más caros que se han visto nunca en TV. E incluso como esa mujer mayor
coqueta y simpática -la edad ablanda los caracteres- que presenta un programa
algo rancio pero amable los fines de semana y sobre todo porque pone en valor
la música, tan desenterrada de la parrilla de las cadenas. Pero no. Ha tenido
que vender de cierta forma su vida privada, porque repito le habrán pagado por
hacer el docu reality Las Campos. En el capítulo de esta semana de nuevo se
hablará sobre la muerte de su marido, de cómo decidió anteponer su vida
profesional a su personal a los 40 años, En las anteriores ediciones se ha
visto su casa, su intimidad, la vida con su pareja, su relación con sus hijas…
y todo eso, ha sido y es comentado en TV aunque a ella le enfaden comentarios y
muy certeros de Mila Ximénez.
No había necesidad a sus 75
años de participar en esto. No con una trayectoria tan impresionante y con
todos los premios habidos y por haber en TV. Seguramente poderoso caballero es
Don Dinero, pero exponer por primera vez tu vida privada a esta edad como
colofón a una carrera de más de 50 años delante de los micrófonos y en la
televisión es algo que, a mí, aún hoy en día me descoloca y decepciona a partes
iguales. Quizás la cosa es en dejar a Terelu bien colocada. ¡Lo que no se haga
por una hija!
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