Amparo Sellés.La típica postal de Navidad fue inventada
en 1843 por Sir Henry Cole un funcionario e inventor británico que facilitó
muchas innovaciones en el comercio en el siglo XIX.
Desde entonces, han pasado muchas cosas
en el mundo, buenas y malas que han marcado la celebración de la Navidad, pero
ni la peor de las desdichas nos ha quitado las ganas de vivirlas. Este año el
protagonista indiscutible no es el árbol ni el belén, no son las luces en
nuestras calles que a muchos les trae de cabeza el ponerlas o no, ni tan
siquiera Sus Majestades los Reyes pero los de oriente “los Magos”, los que
vienen cada año a repartir regalos no a llevárselos, a llenar las casas de
ilusión no a llenarse sus bolsillos defraudando a hacienda e intentando
regularizar la deuda con tarjetas de opaca y muy oscura legalidad. Este año es
la COVID.
Ahora en pleno siglo XXI con las nuevas
tecnologías y las redes sociales esta buena costumbre de esperar vía postal la
tan ansiada felicitación ya no es nada habitual dejando lo que en su día hizo
el Sr Cole con todas su ilusión que caiga ahora en picado.
En el futuro, cuando recordemos el año
2020 y comentemos cómo fue su Navidad, lo haremos con un sabor agridulce.
Habremos puesto fin al año más terrible del que al menos los de mi generación
para abajo guardamos en la memoria. Muchas copas brindarán por dejar atrás lo
vivido y desearemos que llegue pronto la ansiada vacuna.
Creyentes y no creyentes, todos nos
veremos contagiados por ese clima emocional que ahora por estas fechas tanto
nos inunda. Esos abrazos, esos besos, esos polvorones que tan bien saben y
tanto hemos compartido pasarán a ser por el bien de todos frías miradas al
calor de una buena chimenea.
Las tradiciones navideñas quedarán
mermadas y reducidas por esta cruel pandemia. No tendremos muchas celebraciones
claro, pero dejemos ya el derrotismo, pensemos que tomando las medidas de
seguridad y que deberíamos de recitar ya en sueños, podemos vivir una
entrañable Navidad. Primero que nada encenderemos una simple vela como homenaje
a todas esas víctimas de tan dura contienda y que nos haga recordar que este
mal bicho sigue pululando en busca de nuevas presas con que saciar su hambre de
muerte.¡¡¡ FUN, FUN, FUN!!! Cantaremos villancicos con bozal o sin él
dependiendo de donde estés, y más tarde allá por enero vendrán los Reyes
trayéndonos un montón de…MASCARILLAS, como ya en un artículo escrito por mí
fechado el 14/ 07/ 2020 (S.O.S UN CUERDO), vaticiné y muchos de los que nos gobiernan
se negaban a reconocer convenciéndonos incluso que por estas fechas solo con
“flit” lo liquidábamos.
“Yo no quiero que nadie ponga límites a
mi vida, no quiero barrotes infranqueables, quiero fiesta y rock and roll, y
por supuesto que vengan los Magos y me traigan regalos no mascarillas”, pero
ahora las tendremos que llevar hasta para…dímelo tú.
MOLT BON NADAL A TOTS I MOLTA SALUT. Gràcies.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia