¿Afectará negativamente a los socialistas de Sagunto en las próximas elecciones municipales del 22 de mayo el desgaste del Gobierno de Rodríguez Zapatero por la crisis económica y los líos internos que han vivido desde marzo del año pasado, con la disolución de la ejecutiva local hasta la elección, en proceso de primarias, de Manuel Carbó como candidato? A priori, imposible saberlo. Pero éstas dos cuestiones van a ser claves en el resultado que obtengan los socialistas de la capital del Camp de Morvedre.
Para contextualizar a los lectores, los socialistas gobernaron durante las primeras legislaturas, llegando a rozar la mayoría absoluta con Manuel Girona (once concejales). Después llegó la reconversión industrial de Altos Hornos del Mediterráneo, la dimisión en bloque de la Corporación y la presidencia de la gestora a cargo de Francisco Crispín. El gobierno efímero de un grupo porteño dio paso a una legislatura y media popular, hasta que los socialistas volvieron al poder en la legislatura 2003-07 merced a un pacto con EU y Bloc. La legislatura fue muy accidentada por los errores cometidos en cuanto a simbología respecto al Puerto de Sagunto y terminó con la salida de Esquerra Unida cuando PSPV y Bloc constituyeron, con el apoyo del PP, la empresa mixta del agua.
Como consecuencia, los segregacionistas obtuvieron 6 concejales en 2007, los mismos que los socialistas, frente a los 9 del PP, los 2 de EU y otros 2 el Bloc. La legislatura que ahora termina ha sido más convulsa para los socialistas que para los populares. Tras la derrota electoral del PSPV, el congreso local aupaba al poder orgánico de la formación de la rosa a Manuel Carbó como secretario general, Francisco Crispín como vicesecretario y Miguel García como presidente. Éste rompía su alianza con los Chover y Gloria Calero y se pasaba al 'enemigo'. La nueva ejecutiva local y el gobierno municipal entraron en una guerra más o menos soterrada, que concluyó con la disolución de la dirección y la salida de portavoz de Gloria Calero. La ejecutiva regional de los socialistas valencianos optaron por una medida traumática para poner orden y, de paso, quitarse de enmedio a Miguel García, quien, con el control de un puñado de votos, ha dominado el partido en los últimos 20 años.
La primera consecuencia fue el abandono de las filas socialistas de Miguel García, quien encabezará el 22 de mayo una candidatura centrista, y la constitución de una gestora, presidida por Manuel Girona. La presidenta provincial y alcaldesa de Quart de Poblet, Carmen Martínez, ha liderado el proceso, dando entrada a nuevas caras y muchos jóvenes. Durante varios meses, algunos miembros de la gestora estuvieron afiliando a personas afines para consolidar, en caso de celebrarse un congreso local, una nueva mayoría que superara la alianza Miguel García-Paco Crispín-Manuel Carbó y por si se celebraban primarias.
El mirlo blanco que podría liderar una candidatura renovada era Chisco Santibáñez. Pero los militantes socialista de Sagunto son habas contadas y entre los cerca de 200 que todavía pagaban sus cuotas el reparto de fuerzas apuntaba a los dos bloques tradicionales, cuyo carácter inmovilista le imposibilitaban la victoria al abogado en caso de haber primarias, como así sucedió finalmente.
El primero en dar el paso fue José Luis Chover, un histórico concejal saguntino. A continuación hicieron lo propio Francisco Crispín y Manuel Carbó. Tras el recuento de los avales, sólo Chover y Carbó pasaron la criba y... ¡sorpresa! Venció Carbó por un estrecho margen sobre el candidato al que finalmente respaldó la dirección provincial, Chisco Santibáñez y Francisco Crispín. La afiliación masiva de la gestora por parte de dos 'cachorros' socialistas inclinó la balanza hacia Manuel Carbó, el secretario general que fue desposeído de su cargo y que, contra pronóstico, ganó las primarias.
El resultado ya es conocido por todos. Carbó será el alcaldable y José Luis Chover ocupará, previsiblemente, el puesto número dos, en un pacto que no gusta a nadie, pero que ha sido forzado por Valencia. En la lista participará también Chisco Santibáñez, pese a la metida de pata estratégica en los últimos meses. La gran incógnita es quiénes les acompañarán en los tres o cuatro puestos siguientes. Tendrán que haber mujeres y la lista deberá ser renovada. Por tanto, de las actuales concejales a lo sumo repetirá una y podría regresar Montse Solaz.
La lucha fratricida de los últimos meses podría pasar factura y no se descarta que hayan dirigentes que no trabajen muy activamente por un buen resultado de su propio partido sólo con ver fracasar a Carbó.
Cuestiones orgánicas aparte, la oposición socialista en el Consistorio ha vivido una legislatura muy complicada. A las luchas con la dirección local, cuyo resultado más inmediato fue la dimisión de Gloria Calero, ex alcaldesa, como portavoz, se le unió el pase al grupo mixto del que fuera secretario general del partido, Miguel García. Sin embargo, en la parte positiva debe destacarse el buen trabajo desempeñado en el tramo final por el nuevo portavoz, José Luis Chover quien, pese a que no es la alegría de la huerta, sí tiene a su favor un gran dominio del municipalismo y, en este sentido, debe reconocérsele un trabajo bien hecho.
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