El aumento de la inflación en la zona euro se compara cada vez más con la situación en Estados Unidos. Esto ha suscitado la preocupación de que el Banco Central Europeo (BCE) pueda enfrentarse a retos similares a los de la Reserva Federal a la hora de bajar los tipos de interés.
Aunque los factores que han impulsado la inflación han sido diferentes a cada lado del Atlántico, algunos economistas ven importantes paralelismos. Advierten que no hay que subestimar el riesgo de presiones inflacionistas persistentes que podrían obstaculizar los esfuerzos por reducir los tipos de interés.
¿Por qué se espera que el BCE reduzca el tipo de depósito en junio?
Se espera que en junio el BCE reduzca el tipo de depósito desde su máximo histórico del 4%, una medida que ha sido ampliamente anticipada. Sin embargo, el peligro reside en la posibilidad de que una inflación persistente, similar a la observada en Estados Unidos, haga menos probables nuevos recortes de tipos en un futuro próximo.
La Reserva Federal ya ha tenido que reconsiderar sus planes de relajación monetaria después de que el aumento de los precios superara las expectativas, aunque los operadores aún esperan un recorte de tipos este año. Los operadores que operan con apalancamiento deben ser especialmente cautos, ya que los rápidos cambios en los tipos de interés pueden afectar significativamente a sus posiciones y a sus estrategias de gestión del riesgo.
La lectura de la inflación de mayo para la zona del euro de 20 países proporcionó la última señal de advertencia para el BCE. La inflación se aceleró más de lo previsto, hasta el 2,6%, respecto al año anterior. Especialmente preocupante para los funcionarios fue el repunte de los precios de los servicios y el inesperado fortalecimiento de las presiones inflacionistas subyacentes. Este contratiempo se produjo tras un pronunciado descenso de la inflación y, aunque no sorprendió del todo a los responsables del BCE, puso de manifiesto el difícil camino que queda por recorrer para alcanzar su objetivo del 2%.
¿Cómo interpretan los economistas la evolución de la inflación en Europa?
El patrón que se perfila en Europa se asemeja al de EE.UU., y aproximadamente un tercio de los economistas de una reciente encuesta de Bloomberg sugieren que los aumentos de precios estadounidenses están adelantando a los europeos. Aunque nadie discute que las causas iniciales de la inflación fueron diferentes -el estímulo fiscal masivo en EE.UU. comparado con la crisis energética en Europa tras la invasión rusa de Ucrania-, los futuros impulsores de la inflación en Europa pueden no ser tan diferentes de los de EE.UU..
Los expertos en mercados técnicos señalan que un crecimiento del PIB mayor de lo previsto y el potencial de una recuperación impulsada por el consumo, apoyada por un desempleo en mínimos históricos, están empujando los salarios al alza. Además, la fuerte demanda permite a las empresas repercutir el aumento de los costes en los consumidores. Esta situación es un reflejo de lo que ha venido ocurriendo en Estados Unidos, donde la rigidez del mercado laboral y la fortaleza de la demanda han contribuido a la persistencia de la inflación.
A pesar de estas observaciones, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y otros han restado importancia a los vínculos entre las situaciones económicas de Estados Unidos y Europa. Lagarde ha subrayado que no deben sacarse conclusiones basadas en la suposición de que las dos inflaciones son iguales, ya que las economías son diferentes. Muchos analistas coinciden con esta apreciación.
En conclusión
Aunque existen claras diferencias en las causas y el estado actual de la inflación en Estados Unidos y Europa, el BCE debe permanecer vigilante. Aprender de la experiencia de la Reserva Federal y comprender la naturaleza global de la inflación puede ayudar al BCE a afrontar sus propios retos inflacionistas con mayor eficacia. El camino hacia la reducción de la inflación será probablemente complejo y requerirá un seguimiento cuidadoso y un enfoque matizado de los ajustes de política.