Montaje fotográfico del alcalde de Nàquera, Damián Ibáñez, junto a Barack Obama, si este visitase la localidad en visita oficial. //EPDAEl presidente de los Estados Unis, Barack Obama aterrizará
en Sevilla el próximo sábado, en una visita oficial en lo que es la recta final
de su mandato. Este viaje se comenzó a gestar en el último encuentro que tuvo
el mandatario con los reyes de España, Felipe y Letizia, en la Casa Blanca.
Con motivo de este viaje, el ex diputado socialista Javier
Paniagua, envió una carta a Washington en la que tramitaba una invitación al
propio Obama, para que conociese Náquera, el primer municipio de Europa que le
dedicó una calle en 2008, al primer presidente de color de EE.UU. De momento la
misiva no ha obtenido ningún tipo de respuesta, pero parece improbable que
Obama se pasee por las calles de esta localidad de Camp de Túria.
Pero ¿qué ocurriría si Barack Obama decidiese aparecer en
Náquera y conocer este municipio de la Serra Calderona? Desde el consistorio
han asegurado que si se produjese la visita “el presupuesto anual destinado a
protocolo se vería muy afectado”.
Seguramente el Air Force One, el avión que traslada al presidente
de los Estados Unidos en todos sus viajes, aterrizaría en la base militar que
la OTAN posee en Bétera. Y de ahí, todo el séquito presidencial se dirigiría
hacia Náquera. En el Ayuntamiento lo esperaría la corporación municipal al
completo, encabezada por el alcalde Damián Ibáñez, así como una representación
importante de la sociedad civil como responsables de las diversas asociaciones
municipales, el párroco del pueblo y el jefe de la Policía Local, entre otros.
Después de los saludos pertinentes y las fotos de rigor,
Ibáñez acompañaría a Obama al interior del consistorio para que este firmara en
el libro de honor. Después, y dando un paseo, la comitiva se dirigiría a la
avenida Barack Obama para que este pudiese destapar la placa, simulando una
ceremonia de inauguración, un hecho que debería haberse producido en hace ocho
años cuando el pleno del Ayuntamiento decidió sustituir el nombre de José
Antonio Primo de Rivera por el de Barack Obama.
A partir de ese momento, el alcalde de la localidad le
mostraría algunos de los puntos más importantes de Náquera como el aljibe de la
Patà, los yacimientos del Trencall, del Montaspre o el del Puntal del Moros.
Otro de los atractivos turísticos que Obama podría conocer sería el Salt del
Pi, la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación o la Iglesia de San
Francisco de Asís. Los técnicos del Ayuntamiento que se encargan del área de
Turismo de la localidad, hubiesen organizado una ruta por la Serra Calderona
para que pudiese admirar los maravillosos parajes de este parque natural de la
provincia de Valencia.
En cuanto a la gastronomía, el presidente de los Estados
Unidos comería en alguno de los restaurantes de la localidad. El menú estaría
compuesto por alguno de los platos típicos de la zona como una degustación de arroces,
verduras, frutas y hortalizas de la zona y dulces típicos elaborados con las
mejores materias primas.
En la ceremonia de despedida, el Ayuntamiento le regalaría a
Obama unas semillas de los productos más típicos de la zona para que pueda
plantarlas en el huerto ecológico que su mujer creó en la Casa Blanca para
promocionar la alimentación saludable. El mandatario también recibiría una
muestra de la artesanía local, así como un surtido de los dulces más famosos de
la localidad.
El presidente de los Estados Unidos, hubiese tenido la
oportunidad de agradecer a Náquera, el gesto de dedicarle una calle, pocas
semanas después de acceder a la presidencia del páis más poderoso del mundo. Y
Náquera, hubiese encontrado un filón con esta visita para situar a esta
localidad de 6.000 habitantes de Camp de Túria, en el mapa turístico del mundo.
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