Roser Maestro.Esta ciudad nunca ha escatimado
en colgar banderas, ni rebelarse contra las injusticias sistémicas que oprimen
a pueblos y personas. De hecho, uno de los temas más polémicos que hemos vivido
estos últimos años, ha sido la famosa bandera Republicana, donde cada 14 de
abril Esquerra Unida se ha ocupado de desplegarla en toda la fachada,
exponiéndonos a sanciones injustas, y procedimientos judiciales que,
evidentemente, hemos ganado.
Si algo hemos aprendido de esas
sentencias es que no se puede esperar que los cargos públicos permanezcan
neutrales sabiendo que se han elegido en función de unas ideas concretas y un
programa concreto. Que se deben desarrollar, por ejemplo, colgando banderas que
reivindiquen dicha ideología.
Y del mismo modo, se actuará el
28 de junio, donde el Orgullo LGTBI nos recorrerá a todas para visibilizarnos,
para gritar que necesitamos igualdad, no discriminación, y que condenamos toda
violencia que se ejerza contra estos derechos.
En el momento actual parece más
importante que nunca recordarlo, ya que el avance del fascismo y la violencia
que lleva aparejada hace que muchos partidos inciten y fomenten el odio contra
las personas LGTBI. Aumento de agresiones físicas, psíquicas, educativas, y un
largo etcétera que ocuparía un libro entero de casos de manera trasversal a
todos los ámbitos.
No es conveniente caer en el
absurdo de defenderlo como si no tuviera un carácter de reprimir a la clase
trabajadora, como si toda esa represión no fuera fruto de un sistema
capitalista que ahora intenta limpiar su imagen. No queremos un Orgullo de
“Pink Washing”, queremos un Orgullo revolucionario, que exija derechos, que
exija igualdad y que dignidad.
A razón de ello, debemos recordar
que se creó una comisión en el Congreso para darle forma de Ley a todas estas
reivindicaciones; y que lamentablemente, en la legislatura pasada no vio la
luz. Es necesario que no lo olvidemos, y que hagamos toda la fuerza posible
para que en esta legislatura se trate como asunto prioritario, porque seguimos hablamos
de Dignidad, de Igualdad, hablamos de Derechos Fundamentales y hablamos de una
cuestión de un calado mucho mayor del que podamos imaginar.
Para acabar, romperé una lanza en
favor del movimiento Trans, que tiene una de las legislaciones más avanzadas
del mundo (valenciana, claro) pero que no se está implementando en casi ninguno
de los puntos, por lo que no deja de ser papel mojado. Su lucha seguirá, todas
las luchas LGTBI seguirán, también son lasnuestras; la lucha de la clase
trabajadora.
Y por todo esto, y mucho más, el
28 de junio ondeará la bandera arcoíris. Este año especialmente dedicado a
nuestras y nuestros mayores LGTBI.
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