José Salvador Murgui. FOTO EPDA Querido Dámaso:
Leo en el
Huffington Post de hoy que el Consejo de Europa advierte a
España del impacto de los recortes en los niños. Ayer era la pobreza de
Cáritas, hoy son los recortes. El Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils
Muiznieks, ha enviado un mensaje
de atención a España, denunciando que “los recortes efectuados en presupuestos
sociales, educativos y de salud han conducido al preocupante incremento de la
pobreza de las familias”
Una nueva alarma
social, una más. Pero esta ya afecta a los más pequeños a los niños. Muiznieks,
visitó España en junio, y pide en
este informe una protección especial para los jóvenes, los discapacitados y los
niños. ¿Dónde quedo aquel estado de bienestar, tan cacareado por nuestra clase política? Seguramente ha
quedado en poder de unos pocos. De los de siempre, de los más ricos.
La palabra pobreza,
ya es “pobre” de por si, pero Dámaso si a este calificativo le sumamos, los
niños, los jóvenes, los discapacitados, y la falta de educación, de cultura,
estamos añadiendo a ese “mundo” de parados la más pésima visión de futuro y
esperanza. Ya no vuelvo a
preguntar ¿Qué estamos haciendo mal? Hoy doy un paso adelante ¿Quién ha
hecho todo este mal? ¿Quién? Nosotros, porque nosotros damos el poder a quienes nos
gobiernan (y lo pongo en minúsculas) para que hagan las LEYES. Pero unas leyes
inhumanas, indignas del hombre o de la mujer y que solo y siempre beneficien a
los mismos.
Esto que esta
pasando es “tristeza de amor y de amar”. Hay amigos que me contestan las Cartas
a Dámaso, que me dan su opinión, y como continuación de lo que estoy
escribiendo transcribo algunos párrafos, para compartir lo concienciada que
esta la gente, el ciudadano de a pie. Y me dice un amigo “…Lo malo del asunto
es que nuestra conciencia, no arregla la situación de los que vagan de
contenedor en contenedor para llevarse algo a la boca. Y de los que tienen las
estrellas como techo. Los que deberían
tomar conciencia han subido sus sueldos y han aumentado las partidas
presupuestarias para las próximas elecciones europeas en un montante de más de
84 millones de euros para gastárselos en una campaña de catorce días”.
¿Es verdad esto? Si
esto es verdad, ni hay conciencia, ni hay humanidad, y me parece que hemos
perdido la dignidad. No entro en lo que todos sabemos de sobra, no entro en que
nadie devuelve nada, no juzgo a quien no debo ni puedo juzgar, pero si opino,
con tristeza y con ansiedad, que si a esto no le ponemos remedio, alguien algún
día tendrá que dar explicaciones de lo que esta pasando.
Asistimos por la
televisión a juicios interminables, a responsabilidades sobre píldoras malignas
que ocasionaron graves mutilaciones y enfermedades en niñ@s recien nacidos; estoy
cansado de ver como en los noticieros de las horas de las comidas, nos muestran
las bolas de silicona que años atrás se colocaban algunas señoras y señoritas
para exaltar sus esbeltez (y no me tachen de machista)… pero piensen conmigo,
¿como hemos podido pasar, retroceder de la opulencia a la pobreza máxima? ¿Cómo
está nuestro país, nuestra Comunidad, que no está para hacer caridad, sino que
es acreedora de la misma? Hoy la caridad, la necesitamos nosotros, porque somos
pobres, nos han hecho pobres.
Pero cuando la
pobreza es una alerta, amigos, esto va en serio. Ya no es una broma, ni un
chiste, es un momento fuerte, intenso para pensar en serio lo que nos esta
pasando. Y la solución todos sabemos cual es. Lo he dicho muchas veces, NO HAY
SISTEMA, o el que hay no es válido, mientras nuestros amados gobernantes no
aclaren muchas cosas relacionadas con el dinero
público que cada día son más oscuras y más ocultas a la vista de todos.
Ojo con la
corrupción, ojo con no vigilar las cuentas públicas como si fueran tuyas, ojo
con los contratos y las adjudicaciones, ¡ojo con lo que NO estamos haciendo! No
se si haremos historia, pero lo más seguro es que pasemos a la historia y se
nos acuse de ser una generación nefasta que solo ha sabido invertir en gastos
fatuos, innecesarios, y con poca aplicación para paliar al mundo en la defensa
de los derechos humanos.
Estamos a tiempo,
hay que cambiar las formulas para acabar con todo esto. Hoy no necesitamos
“voceros para la política” de sobra sabemos el resultado que da cada uno, hoy
necesitamos hombres y mujeres valientes que digan ¡Basta! Esa es la palabra mágica, decirla y
ponerla en practica, mientras no lo hagamos somos todos, TODOS, Vds. y yo, cómplices
de lo que esta pasando. Yo no quiero sentirme culpable del mal del otro, yo
quiero ser solidario con el otro, porque el otro, el desnutrido, el marginado,
el desahuciado, el analfabeto, el pobre que no tiene NADA, que es tan pobre por
eso, por no tener nada, es un ejemplo para mi, porque yo y tu o cualquier
allegado nuestro, cualquier día, gracias a este maravilloso sistema, podremos estar
en la misma situación de la que nos avisa este informe del Consejo de Europa.
Y acabo con una
letra de una canción de los años setenta de Camilo Sesto. “Amor, si tu dolor
fuera mío, y el mío tuyo, ¡que bonito sería! ¡Amor, Amar!” ¡Que palabras tan
lejos de la realidad!
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