Salvador Murgui. FOTO EPDA Querido Dámaso:
Hace días que no
escribo, hace días que no pienso, hace días que me cuesta ponerme delante del
ordenador para transmitir lo que pienso. No se si será el calor de julio, no se
si serán las cosas que me pasan conmigo mismo, no sé lo que será.
Lo que sí que sé
es que esto cada día lo veo más negro. NO PUEDO CON LAS MENTIRAS. Me sabe muy
mal decirlo, estamos en un mundo de mentiras. Unos se tapan a otros, otros no
dicen la verdad, otros sacan papeles falsos que se empeñan en que sean
verdaderos. Otros dicen que van a denunciar y no denuncian, otros firman pactos
con mensajes de móvil que nunca llegaron a escribirse y otros ni se molestan en
contestar ante las reivindicaciones de la verdad.
Realmente cierto
es entre unos y otros la casa está
por barrer. La única verdad es que la corrupción se nos come, lo cierto del
caso es que cada día salen más casos, cada día hay más “presuntos implicados”,
pero cada día la crisis nos azota despiadadamente.
Alguien de los que
piensan en este país, ¿estará calibrando la imagen que estamos dando ante el
mundo? En verdad, ¿nadie siente vergüenza? Ya no es vergüenza ajena, no, es
vergüenza propia por hacer el mundo que hemos hecho. Dámaso, ¿quién va a poner
la sal que necesita el mundo y la luz que necesita esta historia tan negra para
salir adelante? ¿Quién va a resucitar este mundo que se muere y va aportar una
nueva luz? ¿Quién? Lo veo muy difícil que alguien salga a flote con la VERDAD.
No sé qué autor
esculpió una frase referente a la mentira que decía así: “La mentira es la base
de la ley, de la política, de lo que llaman justicia. La verdad es el primer
impulso de tus pensamientos”. Que triste es vivir compartiendo estas afirmaciones.
Que triste es ver pasar los días cargados de mentiras, y mucho más triste es
que las mentiras se hagan verdad en mi vida.
“La mentira es lo
que prolonga el tiempo de una relación en crisis”, esa es otra gran verdad, una
relación en crisis…. Eso es lo que estamos viviendo todos los días en medio de
tanta mentira y la única verdad, la crisis. LA CRISIS, QUE TÚ Y YO HEMOS
PROVOCADO. La crisis de no amar, la crisis de mentir, la crisis de ejecutar
verdades a medias que llegan a ser la mentiras más grandes. La crisis que te
despoja de los valores humanos, la crisis que te hace perder la identidad como
persona, la crisis de no saber a dónde vamos y de vivir con un mal vivir.
En ciertos casos,
guardar sielencio es la mayor mentira, no decir nada es igual a mentir. ¿Habrá
algún tribunal que juzgue a los mentirosos? ¿Habrá alguna persona buena que
diga BASTA, estas mentiras son un delito…? ¿Quedará algún hombre bueno y alguna
mujer generosa que diga ¡esto se ha acabado!? No lo sé Dámaso, no lo sé, querido
lector, sé que hoy no he puesto nombres, sé que hoy no he citado a nadie,
porque estoy muy agresivo contra la mentira, contra el que las dice y sobre
todo contra quien las máquina, quien las ejecuta y sobre todo contra los
cómplices… NO PODEMOS VIVIR RODEADOS DE MENTIRAS. Tanta mentira nos ha
arruinado.
Acabo, querido
lector, con una frase de esperanza, y si algo he aprendido en la vida es que la
mentira se pone en contra de quien la inventa. Solo le pido a Dios, que esta
frase empiece a hacerse verdad, en políticos, empresarios, ejecutivos… en una
palabra los que rigen el mundo y nos han llevado donde estamos y aunque
rodeados de la miseria orquestada por la mentira, que de una vez por todas, la
verdad se apodere de todo. El orden impere sobre el caos y los mentirosos
corruptos de una vez por todas la justicia les quite la careta y que dejen paso
a los hombres y mujeres de verdad.
Mientras la verdad
no vaya suelta por la calle rodeada de libertad, la mentira será el bastón de
mando que seguirá arruinando a un pueblo que harto de mentiras sólo busca la
verdad.
Un saludo.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia