Querido Dámaso:
Hoy 3 de julio es un día
importante, Tomás llamado también Judas Tomás Dídimo fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Tomás significa
“gemelo” en arameo, y Dídimo, tiene el mismo significado en griego y Santo
Tomás es un santo venerado por la iglesia católica y la ortodoxa.
Y Dámaso, en tantos
santos que hay en nuestro rico santoral no te estás preguntando porque tengo
tanta devoción a Santo Tomás. Pues de Tomás siempre me ha llamado la atención una frase que pronunció después de la muerte del Señor. Una frase que lo hizo famoso. Jesús se aparece a sus discípulos pero
Tomás no estaba entre ellos, cuando le cuentan sus compañeros la aparición del
Maestro, Tomás, hombre incrédulo exclama: “Si no veo en sus manos la huella de
los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano
en su costado no creeré…”
Ocho días más tarde
se encuentra con Jesús, y el órdago fue contundente, “Tomas, pon aquí tu dedo….”
Cayó de rodillas “Señor mío y Díos mío”
y el Maestro le dijo “has creído
porque me has visto,
bienaventurados quienes han creído sin haber visto”. Tomás predicó el evangelio a los
partos, medas, persas, e hircanios, pasó a la India, y fue martirizado en Calamina
el 3 de julio del año 72.
Ver para creer,
afirmación de Tomás en los primeros siglos de nuestra era. Hoy Dámaso, yo
afirmo: ni viendo me creo lo que está pasando.
Hoy necesitamos a
Tomás para darnos fuerza y creernos lo que nos pasa. Cuando nadie se aclara,
cuando los ERE están de moda,
cuando las becas son motivo
de discordia, cuando no podemos beber alcohol de alta graduación, cuando sobran
enfermeros y faltan plazas, cuando la corrupción se adueña de los políticos,
cuando la policía no hace otra faena más que investigar, cuando cesan y dimiten altos cargos por
incompetencia, cuando abuchean a la hora de aplaudir, cuando se defrauda con
tanta facilidad y cuando todo lo que pasa es INCREIBLE.
Tomás, el siglo XXI
te debe una advocación, eres el maestro de nuestra fe, después de tu
incredulidad, eres el líder de los creyentes. Tuviste que poner el dedo. Hoy ¿Quién pone el dedo en la
llaga? ¿Hoy quien se atreve a
denunciar ante las muchas realidades que estamos viendo? Tomás, no te quedes en
la India, haces falta en España. En la India hay muchos indios, en España, ya
nos estamos cansando de los que están haciendo “el indio” y por culpa de esas
incursiones geográficas, solo podemos exclamar como tu “Señor mío y Díos mío” ¿hasta cuando vamos a tener que vivir
con la incredulidad de no creer en nadie ni en nada? Tomás, tu según nos cuenta la escritura te encontraste cara
a cara con la verdad, nosotros la buscamos pero por lo que veo se ha perdido… ¿Dónde
está la verdad?
Y ahora pongo la
nota de humor, como la canción aquella de pascua: ¿Dónde están las llaves
matarile, rile, rile, donde están las llaves matarile lire lon…? En el fondo
del mar… y no hace falta seguir.
¿Donde está la verdad Tomás? Hoy es un buen día para encontrarla, hoy es un buen
día para buscarla, si todos la buscamos, seguro que la encontramos. Pero de
verdad, hay que acabar con las mentiras.
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