José Vicente Calatayud Cases, cronista de Riba-roja de Túria. /EPDA"Queridos reyes magos: aquí (en Riba-roja de Turia) querríamos una Escuela Oficial de Idiomas y os hemos preparado varias opciones para que podáis hacer la entrega en condiciones. Nos hemos portado bien y esperamos que atendáis nuestra petición”.
Esta podía ser la misiva, mientras tanto, los técnicos del ayuntamiento han documentado la propuesta de los políticos, con el alcalde Robert a la cabeza. Podría ser una EOI, algo que no todas las capitales de provincia españolas tiene, o una extensión o parte de otra filial e, incluso, un aulario.
Los informes técnicos, que no he leído sino en la prensa o en referencias institucionales en redes sociales, indican diversas localizaciones optimizando el uso de instalaciones existentes como La Botaia; la Casa de Cultura; el Centro Social o el aulario disponible en centros educativos públicos una vez concluida la jornada
escolar.
Personalmente, al trasladar por mi cuenta la petición a SS MM, he querido refrescarles la memoria tirando de hemeroteca puesto que la necesidad de una escuela de idiomas y la tradición local al respecto viene de mucho más atrás de lo que la gente cree.
Así por ejemplo recién creada la Biblioteca Municipal en 1975 ya se empezaron a ofrecer con éxito cursos de lengua valenciana. A partir de 1980 y dentro de las campañas de Aulas de Cultura de la propia Biblioteca se amplió la oferta llegando a impartirse clases de valenciano, castellano, latín, inglés, francés y alemán. [Tengo
que aclarar que las aulas de cultura de la Biblioteca solo se ponían en funcionamiento a coste cero para la administración, es decir si la demanda cubría los gastos y por tanto había una verdadera necesidad e interés].
Así las cosas, a finales de los ochenta se intentó obtener una EOI para la localidad pero la concurrencia de poblaciones de mayor peso como Gandía frustró el expediente. Otra circunstancia en contra fue la dificultad de llevar a término gran cantidad de emprendimientos culturales a la vez, Conservatorios de música y de danza, EPA… promovidos por un ayuntamiento como el comandado por el entonces alcalde, J.A. Toledo, en sus deseos de favorecer el acceso de la población a la educación y la cultura. La EOI no prosperó y, en parte, se hizo cargo de la enseñanza de idiomas la EPA o el CIJ.
En octubre de 1988, Baltasar Vives comentó al visitar la localidad a propósito de la puesta en marcha de nuevos centros de EGB y BUP “a més cultura, més llibertat”, vino acompañado por Pere Vilches y Emilio García y “(…) recorrieron las instalaciones de la escuela comarcal de idiomas [sic, según el original de la nota de prensa publicada el 18/oct/1988 (Levante EMV)] (…) enseñanzas de inglés, francés, alemán, valenciano, italiano, latín, griego clásico, informática, mecanografía, español para extranjeros (…) dispone de un completo laboratorio con cabinas e instalaciones vía satélite para las clases (…)” [al final las instalaciones se reconvirtieron para uso de fonoteca del Conservatorio]…
¡Ahí queda eso!
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