Rafael Torres Más de 300 comercios del centro histórico y el Ensanche de la ciudad están representados por la asociación que él preside. Pero Torres no solo es el responsable de esta organización, sino que además preside Confecomerç, la patronal valenciana del pequeño y mediano comercio. Una voz autorizada para analizar la situación de esos negocios. Y más en Valéncia.
Dígame doctor, ¿cómo está el paciente?
Está con síntomas de malestar general. La demanda baja, los datos económicos se están torciendo y gran parte del consumo se va por la vía digital, se reduce la presencia de personas en las tiendas. El paciente está en proceso de digitalización, y en época de elecciones, como hemos tenido, se suele paralizar mucho la cosa.
Usted siempre ha sido claro, le pido mas claridad todavía, ¿cuida València a su pequeño y mediano comercio?
No. No como se debería. Llevamos muchísimos años, incontables, en los que ningún gobierno del ayuntamiento se ha preocupado. Solo de boquilla. Nunca ha habido una concejalía de comercio potente. Con el PP cero, y con este equipo, al menos nos han escuchado y les pedimos ahora que demuestre que le preocupa el comercio. De los 8 millones aproximadamente que tenía la concejalía ha ido la mayor parte a mercados.
Y ustedes, ¿cuidan bien a los valencianos?
Nosotros lo hemos procurado, no es nuestra labor pero hacemos lo que podemos. Queremos que nuestros comerciantes estén lo mejor posible. Además, es el negocio mas cercano, mas sostenible. Y siempre pedimos, para bien, para mejorar, mejores servicios de transporte, para que no vengan en vehículo privado, y apostamos por la peatonalización por el centro.
¿Las soluciones desde la administración pasan por las subvenciones?
No. Cuando hay que mejorar o ayudar a un sector, no les puedes sufragar los gastos, sino que hay que motivarlos. Que te ayuden si a cambio el comercio da pasos. Que haya digitalización, que mejore en idiomas, en profesionalización. Que las ayudas lleven a que el comercio se mueva y mejore. No para que se sustenten en el tiempo los negocios. Porque al final, morirá. Y eso será bueno para la ciudad. Porque el comercio tiene que ver con el modelo de ciudad, el urbanismo. Tenemos que tener un Plan Estratégico del Comercio, igual que tenemos el de Turismo, que lo tenemos y donde se ha tenido en cuenta al sector. Aquí se nos ha escuchado y ahí están los resultados.
En el imaginario colectivo subyace la idea de ir a un centro comercial a pasar el día, a comprar, a comer, ¿Cómo luchan ustedes ante ese adversario?
Son competidores. Los centros comerciales de las afueras no son enemigo ni adversario. Ellos van a tener más problemas que el pequeño comercio. Hay bajada de afluencia y a ellos, Amazon y compañía sí les han hecho daño y las grandes insignias buscan el centro. El centro es el dinamizador y la cultura mediterránea que tenemos de estar en la calle también influye. Hasta el famoso Intu está vendiendo su propio negocio.
¿Y ante otros como Amazon?
Estamos en el proceso, en la cosnelleria y el Ayuntamiento deben tener claro que hay que acometer esa digitalización. Tiene que haber ayudas por ese camino. En toda la Comunitat. Si no hay comercio se vacían pueblos y barrios. Hay que suavizar la problemática
La ciudad recibe cada vez a mas turistas, y eso ha provocado una importante presencia de franquicias por el centro, ¿Se puede luchar contra ese imperio?
No se pueden poner puertas al campo. Puedes buscar el equilibrio. Buscar acuerdos con los sectores. Tiene que haber incentivos fiscales para favorecer ciertos tipos de negocios. Los más propios. Artesanía, cerámica y demás. Que den un valor añadido como destino. Esto le da valor a la ciudad, es una inversión para València. No es un gasto.
A lo mejor es una visión reduccionista, pero a veces da la sensación de estar a años luz de ciudades como Sevilla, pero, ¿en qué nivel cree que se encuentra la ciudad en comparación a otras de similar tamaño en España?
Es muy complejo. Sevilla lleva trabajando mucho tiempo en ese sentido. Tomaron decisiones hace muchos años. En Sevilla el centro está cerrado. Las calles comerciales mas potentes están peatonalizadas. ¿Está muerto? No. Está lleno de vida. Aquí tenemos una cultura muy distinta. Aquí estamos acostumbrados a dejar el coche en la puerta de los sitios. Hay que tener visión. Tenemos un problema de cultura. Aquí pensamos que ir de Cirilo Amorós a la Catedral es casi un viaje a la otra parte del mundo. Creo que debemos trabajar ele urbanismo. De un urbanismo comercial. Utilizad el mismo tipo de asfalto, de mobiliario. Se generará un centro comercial espontáneo. Eso dinamiza la ciudad. Se establecen rutas de todo tipo. No solo el comercio.
¿Y la movilidad?
También hay que trabajar. La movilidad no solo es carril bici. Aquí estamos siempre politizando el carril bici. Es un problema. Es verdad que no hay dinero para el metro, pero sí se puede trabajar mucho en el transporte metropolitano. Y aunque sea necesaria la subvención del Estado, si hay que invertir en el futuro de la ciudad. Hay que ejecutar más.
Es usted el representante del comercio en el centro histórico y el Ensanche, pero si nos salimos de ese radio de acción, cuál es el panorama? El pequeño y mediano comercio del resto de la ciudad tiene los mismos o mas problemas que el del centro?
Pues mucho más. Y sin comercio no hay vida, no hay barrio.
El Ayuntamiento de València, a través de la Fundación Turismo València, junto a las diferentes empresas relacionadas con el sector comercio y otras instituciones públicas, se pusieron a trabajar en el impulso de València como destino turístico en materia de shopping, dentro del modelo de gobernanza colaborativa estipulado en el Plan Estratégico de Turismo 2020.
¿Funciona?
Está en marcha. Es bueno. Se está desarrollando y se empieza a ver en la promoción en general de la ciudad. En rodajes y demás. Incluso los hoteles han subido precios y los niveles de ocupación son altos. Hay un plan de comercio y los resultados se verán muy pronto. El turismo holandés y belga está subiendo y hay que insistir mas, en ir a por esos destinados. Estamos contentos. Y hay que vigilarlo y mejorar.
Las Fallas para ustedes son, ¿una oportunidad o un engorro?
Esto es delicado de decir. Es como si te dicen que criticas las políticas de movilidad, y no es así. No. Estamos absolutamente a favor de esas políticas, lo que no nos gustan son las formas. Igual pasa con las Fallas. Estamos al 100% con la fiesta. Las Fallas deberían ser una oportunidad y no lo son. Hay que mejorar muchas cosas. ¿Este es el modelo de Fallas que queremos?
Por ejemplo, ¿Qué hacen esos mercadillos por toda la ciudad y con puestos que nada tienen que ver con lo autóctono? ¿Por qué permitimos eso? ¿Por qué no promocionamos lo nuestro? Artesanía propia, gastronomía local. Producto de aquí.
¿Lo dice por la financiación de las comisiones?
Si. Eso es. Y lo que hay que hacer es revisar el modelo. Lo más importante es que hay que invertir en ello. Podemos buscar alternativas y de paso, mantener el espíritu de la fiesta. Tener una orquesta mejor o lo que sea, no son Fallas. Y hay que potenciarla en positivo. Hay que insistir en que esto es una fiesta más de día. Se han cometido excesos. Favorezcamos un modelo más transitable. Menos carpas. Y esto es bueno para todos, no solo para el comercio. Es mentira que si la ciudad está llena, todos salen favorecidos. Pero en nuestro caso, lo asumimos. Los bares se llenan, los hoteles también. Y eso deja dinero aquí.
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