 Masía del Campillo en término de Jérica
                    Masía del Campillo en término de JéricaDesde
el pasado sábado, los municipios de la comarca del Palancia –y sin dudarlo una
extensa zona de influencia de alrededor- tienen una propuesta singular para la
celebración de todo tipo de eventos, pero muy especialmente para bodas.
Se
trata de una de las masías con mayor atractivo de la zona, ubicada en plena
naturaleza, con magníficas vistas y edificios construidos de mampostería, con
arcos a base de piedra de sillera formando medio punto para los accesos,
rejería de forja y carpintería de madera, características que se repiten
también en el interior de una preciosa nave de cinco crujías con arcos
ligeramente rebajados.
No sólo
es esta nave para celebraciones ya que también cuenta con espacios exteriores
adecuados para los invitados. En definitiva todo tipo de eventos tienen la
opción de un lugar paradisiaco que incluso cuenta en las proximidades con una
cascada de agua.
Es la
Masía del Campillo, en término municipal de Jérica, en la carretera que va
desde Navajas a Jérica.
De los
milagros se encargan el chef Kike Peris y Asun Aragonés, capaces de hacer
posible lo imposible, tanto en propuestas gastronómicas -un ejemplo de ello es
el restaurante Randurias- como en ambientes especiales. Así lo demostraron en
el cóctel de inauguración al que se sumaron un buen número de personas,
incluyendo los alcaldes de Geldo, Sot de Ferrer y Viver, con luz adecuada y la
actuación del grupo Cowars y David Pastor, creando con todo ello un clima de
convivencia y relajación difícil de igualar. 
Un
espacio medieval
Puede
parecer gratuito decir que el Campillo es un espacio medieval, pero ni mucho
menos en este caso ya que hay documentación que lo confirma. En agosto de 1270 se produjo un conflicto
entre Jérica y Gaibiel sobre competencias de jurisdicción sobre una zona
próxima a la “Cueva Negra” del Campillo. El conflicto llego a oídos del rey
Jaime I el Conquitador que para dilucidar la cuestión nombró a dos expertos
para que reconociesen el término y buscarán una solución. Se convocó una
reunión en la que se alteraron los ánimos llegándose a los insultos y
finalmente no hubo acuerdo, pero en al acta notarial levantada entonces quedó
constancia de la zona del Campillo ya en el último cuarto del siglo XIII. 
									
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