Carolina Fuertes. / EPDANo hace nada más que un día de las elecciones pasadas que vivimos el 28M, donde municipios y autonomías estaban expectantes por visualizar los resultados de sus respectivos partidos. Lo cierto es que si con algo podemos definir ese día, el 28 de mayo, es con una palabra: igualación.
Tras la consecución y creación de muchos partidos locales en diferentes municipios, no ha llegado a ningún puerto. Así lo podemos ver incluso en el municipio de Sagunto donde, no solo la creación de un nuevo partido localista no ha llegado a nada, el partido Contigo con la obtención de 0 concejales, sino que además muchos otros han desaparecido o se han quedado con 1 simple concejal, veamos el ejemplo de EU que ha pasado de dos concejales a uno, in extremis además, en el 96% del escrutinio contaba con 2 concejales y en el 98% del escrutinio pasó a 1 concejal, o, por otro lado, el ejemplo de Ciudadanos que, no solo a nivel local, sino que a nivel autonómico y estatal su desaparición ha sido fulminante, aunque no sorprendente ya que, el que quiso hacer todo por y para España, casi acaba con ella.
Pero muchos de estos han tenido su repercusión social desde arriba. Nada se podía dar por sentado pero sí mucho por adelantado. Partidos de izquierdas de la izquierda, referidos a nivel estatal como Podemos, etc. desmarcándose del génesis izquierdista PSOE, han hecho que su contribución en las autonómicas y municipales bajara. Vamos a analizarlo: ¿habrá una fuerte relación entre que Yolanda Díaz, vicepresidenta del gobierno, esté en proceso de institucionalizar su partido ‘‘Sumar’’ con la bajada de otros partidos como Podemos o EU?
Es evidente que, sin realizar un estudio de ‘‘mercado’’ podemos observar su correlación. Ahora, esto no es más que una lucha entre las partes endebles de la izquierda. La derecha no hace nada, solo sube mientras mira expectante en cómo, dónde y por cuánto. La problemática es la extrema derecha. Igual que la extrema izquierda, por supuesto.
Y, además, cuando pensábamos que todo esto se quedaba aquí, resulta que, de una manera inesperada, aparece el Presidente del gobierno y anuncia que las elecciones estatales se adelantan al 23 de julio. ¿Nos encontramos ante una nueva estrategia política o solo una muestra más de su egocentrismo más significativo? No se puede descartar nada. Nos encontramos ante un presidente del gobierno que ha hecho todo, o al menos así lo ha intentado, a su imagen y semejanza. Con aire egocéntricos, narcisistas y megalómanos, ha creído ser Dios cargándose a todos los que ha habido por su camino -incluyendo a los de su propio partido- sin miramiento alguno, más que el suyo en un espejo.
¿Qué podemos esperar de esta nueva situación? Que por su incapacidad de mirar por el país que gobierna, ha decidido adelantar elecciones para no dañar su ego con pérdidas masivas del PSOE en todas y cada una de las autonomías que conforman España. Así, hasta llegar a la posible pérdida más alta: la suya. Y, además, por miedo hacia sus acólitos, ya que el haber gente de su alrededor que piense más y mejor, no lo lleva bien. Esto es muy típico en la política.
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