Sede principal de Hacienda en València. Vicent Climent.
Estamos
ante unas próximas subidas de impuestos a los ciudadanos que, a mi
modo de ver, hacen absolutamente necesario que el Ejecutivo explique,
de una manera clara para el contribuyente en general, en qué van a
consistir.
Porque
estamos hablando de subidas de impuestos tanto directos (Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas e Impuestos sobre Sociedades)
como indirectos. Y hay que conocer cuantías, en qué medida van a
afectar, y a qué estrato de ciudadanos, aunque yo me temo que, como
siempre, lo hará a la sufrida clase media, por cierto cada vez más
reducida. Agradeceríamos que se evitaran las demagogias de que hay
que gravar a las rentas altas, porque ello supone un porcentaje
reducido de la recaudación del Estado por este concepto.
No
nos olvidemos de todos los tributos y tasas por los cuales el
ciudadano tiene que contribuir, bien sean Municipales o Autonómicos,
además de figuras fiscales de nueva creación que tienen por objeto
aumentar la recaudación.
Hay
que unificar los impuestos cedidos a las Comunidades Autónomas
(Impuesto de Sucesiones y Donaciones, Transmisiones Patrimoniales y
Actos Jurídicos Documentados, Impuesto sobre el Patrimonio). No es
entendible que por el mero hecho de pertenecer a una comunidad
autónoma determinada se goce de mejor tratamiento fiscal que en
otras.
Se
nos está transmitiendo la necesidad de subidas de impuestos para
atender el pago de los gastos del Estado. Esto no va a suponer un
equilibrio presupuestario, pues seguiremos incrementando el déficit.
El plan de estabilidad 2019-2022 emitido por el Gobierno a la
Comisión Europea estima en unos 5.600 millones de euros más en
impuestos, esto significaría un aumento de la presión fiscal que
alcanzaría el 40,7% del PIB en el año 2022.
En
época de crecimiento moderado (cada vez se está ajustando más a la
baja) sería más prudente bajar o cuanto menos mantener el nivel
de la presión fiscal.
La
afirmación de que a mayores impuestos mayor recaudación está muy
alejada de la realidad. El prestigioso economista Arthur Betz Laffer
estableció una ecuación para demostrar que en determinadas
circunstancias bajar los impuestos puede hacer aumentar la
recaudación fiscal. Esta ecuación es conocida como la curva de
Laffer, la cual no podemos analizar en estas líneas por la extensión
que supondría.
No
nos olvidemos del riesgo que conlleva un aumento de impuestos que
posiblemente fomentaría la economía sumergida. Cuesta mucho luchar
contra esa lacra social, no le demos excusas a los defraudadores para
justificarse.
Se
está criticando por parte de sectores empresariales la subida del
Salario Mínimo Interprofesional a 950,00 euros. Quiero entender que
no se cuestiona un salario mínimo un poco más digno, el problema es
que las cargas sociales son muy elevadas (Seguridad Social a cargo de
la empresa). La realidad del pequeño empresario de este país es la
que es.
Una
opinión muy personal: sería muy positivo que los políticos, tanto
gobernantes como oposición, hicieran un esfuerzo de transparencia y
de comunicación hacia el ciudadano, con argumentos sólidos y
entendibles, huyendo de demagogias partidistas. Así como también la
reducción e incluso eliminación de algunas partidas del gasto
público, porque gastamos cantidades elevadas de dinero en cosas
prescindibles e improductivas.
Ser
optimista no puede ocultar el realismo: me temo que continuaremos
predicando en el desierto.
Arturo
Casinos es Asesor Fiscal
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