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José Salvador Murgui es alcalde emérito de Casinos, cronista oficial y académico de la RACV
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- 25/01/2014
José Salvador Murgui. FOTO EPDA
Cuando la calle solo sirve para gritar contra un dirigente, cuando el
mundo parece volverse contra ti, cuando mucha gente desconfía de su
gestión, y cuando parece que el crédito personal se convierte en
descrédito, lo mejor es plantearte qué papel tienes en tu vida, qué
papel haces ante el mundo.
Triste es que nadie te entienda, y mas triste es que todos, o muchos te gr...iten,
te critiquen, se ceben contigo… ¿Qué pasa no sabes a quien tienes que
rendir cuentas, como hacían los griegos en tiempos antes de Cristo?
En primer lugar ríndetelas a ti mismo, y en segundo lugar al pueblo que
lo pide. Pero se sensato, no vivas tu vida con mediocridad ni
escondiéndote del pueblo. El pueblo que ayer te aplaudía, hoy ¿Cómo lo
tienes?
Así de dura es la vida, y así de atrevida es la ingratitud,
pero más triste es no poder dar la cara y convencer, porque cuando las
razones no justifican aquello que no tiene justificación, nadie
entiende su desazón, nadie entiende su carestía y nadie entiende su
miseria, no provocada por el mismo, pero sufrida con intensidad.
No
podemos estar a toda hora en la calle, protestando todo el mundo. Algo
va mal. Algún principio falla. Y si ya fallamos al principio, ¿Qué
pasará al final? Nada bueno. Sepamos vivir nuestro papel con dignidad,
y si el papel no nos gusta, o no lo sabemos interpretar como pide el
público que nos debe aplaudir, pensemos que ni estamos en la obra ni en
el escenario adecuado, porque las personas pasamos, los escenarios se
derrumban, pero las obras y las acciones perduran en la vida, en la
mente humana y en los corazones que convivimos… Ese es el éxito del
aplauso o del abucheo. ¡Demasiados gritos para los tiempos que corren!
¿Piensas lo que haces?