Adrián Navalón. /EPDAEl reflujo, ese malestar tan típico después de los atracones navideños, o de las cenas con amigas y amigos, es un padecimiento normal y que, hasta cierto punto, compensa por los buenos ratos. Sin embargo, sucede una cosa, ese reflujo, si lo situamos en términos políticos y de corrupción, es del todo insufrible.
En estos días se ha conocido el caso de corrupción de un diputado socialista, "el tito Berni", que implica también a empresarios del sector ganadero y alimentario, a un general retirado de la Guardia Civil y posiblemente salpique a más diputados nacionales y cargos canarios. Un escándalo de maletines, sobornos y fiestas con drogas y prostitutas. Todo un ejemplo de ese PSOE feminista que desdeña el consentimiento y que junto a PP y Vox quieren retirarlo del Código Penal.
Pero hablo de reflujo bipartisita porque no solo vuelve a arder la corrupción en el PSOE. En Marbella, la alcaldesa y senadora del PP Ángeles Muñoz está vinculada a una trama de tráfico de drogas juntos a su marido y su hijastro, y además a toda una red de corruptelas urbanísticas y evasión fiscal. En València, por otra parte, tenemos a la candidata para la alcaldía, María José Catalá, que pese a que no está imputada por ello, está vinculada a una oscura privatización de una universidad online pública que vendió al grupo Planeta por tan solo una sexta parte de su valor cuando era Consellera de Educación. Para colmo, ahora trabaja para esa universidad (ahora) privada y su sueldo no es público, es decir, huele todo a chamusquina. Del PP no hemos de olvidar dos cosas más. En primer lugar el caso de las mascarillas de Ayuso y su hermano y, en segundo lugar, el reciente caso del ex número dos de Interior con Rajoy que mandaba mensajitos al presidente de la Audiencia Nacional que investigaba el caso Kitchen pidiéndole información.
Para que este país cambie es necesario que se penalice la corrupción, aunque parece que ya no penaliza tanto como antes. A toda la gente que anda desencantada, el desencanto y la abstención es el caldo de cultivo para que esta gente siga con sus chanchullos. Desde Podem hemos demostrado en los gobierno y hasta en los tribunales que la higiene democrática es algo que nos tomamos muy en serio, entendemos que la higiene democrática es condición necesaria para que nuestro país funcione.
El 28 de mayo hay elecciones autonómicas y locales. En la Comunidad Valenciana hay dos nombres claves para que la higiene democrática sea la norma y para que haya gobiernos realmente transformadores: Héctor Illueca en la Generalitat y Pilar Lima en el Ayuntamiento de València. Recuerden estos nombres y recuerden que del desencanto, PP y PSOE, hacen su agosto. En su mano está que la realidad de nuestras ciudades, comunidades y país cambie, y puedo afirmar sin lugar a dudas que la opción es Podem.
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