Salvador Pérez. EPDAIndignación. Que mejor palabra para comenzar esta columna, que aquella que refleja el sentimiento mayoritario de algunas personas. Aquellas que somos conscientes del modo en que la UE está enfrentando la emergencia humanitaria que estamos viviendo con el elevado número de personas refugiadas que buscan refugio en ella.
Cierre de fronteras
Una Unión Europea que permite que países miembros cierren unilateralmente sus fronteras, destrozando de facto el tratado de Schenguen. Mientras, otros se escudan en la necesidad de mantener una línea de acción conjunta en la política de migración y refugio, de todos los miembros de este privilegiado club.
De este modo se cierra, bruscamente, la vía propositiva de su ciudadanía y de otras administraciones de menor rango.
Una Unión Europea que externaliza la atención al derecho de las personas refugiadas a un tercero, Turquía, transformando esa atención en un servicio.
Un tercero que no ha ratificado, a día de hoy, la totalidad de los protocolos de la Convención de Ginebra, instrumento legal que regula el derecho internacional humanitario y cuyo fin es la protección de las víctimas de los conflictos armados.
Primer paso
Una Unión Europea que se comprometió con su ciudadanía a la recepción de personas refugiadas en su territorio, de un modo digno y seguro, si bien utilizando un sistema de cuotas proporcionales, para su distribución por el territorio europeo. un primer paso, incompleto pero necesario, que nunca se andó y del que nadie parece recordar nada.
Una Unión Europea que abandona los valores de humanidad y justicia que nos hacen sentirnos parte de ella, y que es capaz de prostituir su propia normativa para acomodar en ella un tratado indecente. Un tratado que rechazamos frontalmente aquellas personas a los que de verdad todo esto nos importa.
Ya es suficiente
Como dice Javier de Lucas, catedrático de filosofía del derecho, ya es suficiente de escribir y hablar. La sociedad civil con su acción, es el único actor capaz de provocar un movimiento, por parte de la administraciones europeas, positivo hacia posturas de respeto a los derechos de las personas refugiadas.
Parte de esa sociedad, mira a otra parte.De todo esto, nace esa indignación.
@vlciudadrefugi
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