Rafa Tomás.
Es
increible la capacidad que tiene el PP para engañarnos y para
presentar grandes proyectos maravillosos. Ahora se acaba de inventar
el sr Presidente del Gobierno un discursito superhipócrita sobre lo
que denomina “la regeneración democrática” y quiere convencer a
la ciudadanía española que el pilar de ses gran proyecto va a
ser la elección de alcalde directamente para el partido más votado.
La cosa es muy sencilla: en Sagunto trece es la mayoría
absoluta de veinticinco, pero seis más cinco más dos, por ejemplo,
no es la mayoría absoluta, por lo tanto la Alcaldía la tendrá el
que saque diez u once o doce. Es algo inexplicable y en realidad es
un mecanismo para protegerse como Partido Popular, vistos los
resultados de las pasadas elecciones europeas y es un atajo más
contra la democracia participativa, que hace posible que
diversas fuerzas representativas de la ciudadanía puedan pactar
programas comunes de gobierno local. Desde la calle y desde los
partidos progresistas hay que oponerse a esta propuesta, que lo
único que va a a conseguir es alejar aun más el poder local en este
caso de la voluntad mayoritaria de una comunidad local, como ya
está intentando a través de reforma de la Ley local aprobada
por este Gobierno, que sólo ha servido para complicar hasta niveles
increibles la gestión local y tratando de transmitir la imagen de
que los Ayuntamientos tienen que ver con la crisis económica, lo que
en general es absolutamente falso.
¡Claro
que tiene que haber regeneración democrática! Y, por supuesto,
se puede mejorar la gestión de los municipios. Pero valorando
la situación real de los Ayuntamientos, que, para bien y para mal,
son la Administración más próxima a la ciudadanía, por lo que hay
que conseguir que los representantes políticos sean capaces de
entender con modernidad y progresismo su función. No están ahí
para quedar bien con todo el pueblo, ni para recibir “premios”
secretos. Están ahí para luchar a favor del interés general, de la
mejora de la calidad de vida de la mayoría de su pueblo, para
trabajar en el marco de la legislación vigente sin inventarse
cuadros legales maravillosos, para explicar con mucha pedagogía
el por qué de las decisiones, para escuchar las propuestas de la
gente del pueblo. La gente, la ciudadanía, ha de modernizarse y no
soñar con un cacique amigo que va a arreglar “mi” calle, que va
a darle trabajo a alguien de “mi” familia, que va a subvencionar
“mi” falla, que va a pagar un viaje a “mi” asociación social
o cultural, que va mantener a “mi” equipo deportivo. Esta cultura
es una herencia de nuestra España eterna, tan lejana de los poderes
públicos y tan cercana de los caciques de “casa nostra”.
Esos cambios hay que hacer. Mucha más transparencia municipal,
mucha más adaptación al marco legal, mucha más independencia del
personal técnico superior, mucha más lucha contra la
corrupción municipal por parte de los partidos políticos.
El
PP no puede hablar de regeneración. Tiene sentencias a manta
contra la transparencia informativa en el Parlament, Bruselas ha
destapado lo de las facturas sanitarias y el montón de imputados e
imputadas que tienen. La regeneración democrática se ha de
traducir en una gestión más
clara y más eficaz. A todos los niveles. En Sagunto hemos de
aclarar todo el lío de la Gerencia o todo el oscuro proceso de la
regeneración de la montaña de Romeu con las decisiones
continuas a favor de la empresa explotadora de la cantera. Y el
Ayuntamiento ha de ser más transparente en el tema de los
concursos para los socorristas o para las personas en paro o en el
horario laboral de la Policía local y ha de luchar para replantear
el futuro industrial de nuestro municipio y para conseguir
que de verdad la Generalitat mejore las infraestructuras escolares,
que tanto necesitamos. Y este Ayuntamiento tiene que animar a la
ciudadanía a participar en mecanismos de opinión y de crítica para
mejorar la calidad de vida de nuestra ciudad, planteando
propuestas que puedan ser debatidas y presupuestadas por el conjunto
de ediles de nuestra ciudad. Hemos de saber que todo cuesta dinero,
hemos de saber de dónde ha de venir ese dinero, hemos de
plantear cosas que muchas veces no cuestan mucho, pero que hará
posible una ciudad más hermosa, más tranquila y más acogedora. Esa
es la regeneración democrática que queremos.
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