Se pueden utilizar muchos eufemismos, pero para que el lector lo entienda la Comunitat Valenciana ha sido la primera oficialmente en pedir el rescate del Gobierno central para hacer frente a los graves problemas de liquidez, los vencimientos de duda y el pago a entidades como las farmacias, que lanquidecen por la deuda del Consell.
Se calcula que la petición rondará los 3.000 millones del Plan de 18.000 millones que ha habilitado el Gobierno de Rajoy para salir en ayuda de las Comunidades Autonómas con problemas. Precisamente el segundo escalón del gobierno de España, el autonómico, es el que esté en entredicho por los mercados internacionales, razón por la cual la prima de riesgo se disparó el vierners hasta los 610 puntos.
La petición de adhesión al Fondo de Liquidez Autonómica la aprobó el pleno del Consell en Altea el viernes. El vicepresidente, José Císcar, lo justificó por las deudas a proveedores, como farmacias. Esto obligará a la Generalitat a informar mensualmente de la evolución de las cuentas, un tulelaje que implica severos controles y condiciones que se irán cononociendo en los próximos días. Una intervención, en toda regla.
Mientras se toman estas decisiones, el malestar de los ciudadanos va in crescendo. El mismo viernes, el presidente Alberto Fabra fue abucheado en Guardamar y recibió el lanzamiento de huevos. Unas 200 personas lo increparon, junto a los consellers Cabré y Johnson, la alcaldesa de la localidad alicantina y la presidenta de la Diputación de Alicante.
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