Una de las zonas del pipican.//EPDA El
Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha habilitado un total de 12 áreas
municipales destinadas a los perros y animales de compañía en diversas zonas
del casco urbano y en las principales urbanizaciones y áreas residenciales de
la localidad. El proyecto cuenta con un presupuesto que superará los 120.000
euros que ha sufragado el propio consistorio con el objetivo de atender una
reivindicación histórica.
Con la puesta en marcha de esta
iniciativa, denominada "zona
guau", se pretende combinar dos demandas: la de los propios dueños de los
perros que solicitaban desde hace años un espacio para el esparcimiento y las
necesidades fisiológicas de sus mascotas y, por otra parte, las quejas y
reclamaciones de los vecinos de determinadas calles y barrios por la presencia
de excrementos y el fuerte hedor de la propia orina.
El concejal de Parques y Jardines,
Rafael Gómez, ha subrayado que el proyecto municipal "pretende convertir el casco urbano y las áreas residenciales en
una ciudad habitable donde tengan cabidas las demandas de todos los vecinos sin
ningún tipo de favoritismo y con absoluta igualdad, ya que de esta forma con la
puesta en macha de los espacios para animales evitamos que se ensucien nuestros
parques y calles al tiempo que ofrecemos un lugar alternativo para que puedan
acudir allí".
Los espacios habilitados cuenta con
todas los requisitos urbanísticos y sanitarios necesarios para su puesta en
marcha, como amplias zonas de árboles, bancos de granito, papeleras, fuentes de
doble tamaño para perros y personas, carteles informativos sobre el uso y las
normas de las zonas de esparcimiento canino y, además, se han instalado
dispensadores de bolsas para recoger los excrementos de los animales.
El Ayuntamiento de Riba-roja de
Túria ha establecido un total de 12 espacios de los que cuatro ya se han puesto
en marcha como son los de la Mallà y el Barranc dels Moros en el casco urbano y
otros dos en las urbanizaciones de Masía de Traver -acceso desde la calle
Lozoya- y otra en el área del parque Montealcedo, entre las calles Maestro
Serrano y José Iturbi.
En los próximos meses está previsto
que entren en funcionamiento otros ocho emplazamientos de perros en otros
tantos puntos del término municipal como el Barranc de les Monges -todavía a la
espera de una futura actuación integrada-, y la calle Mayor con el cruce de la
calle Cuenca, en ambos casos en el casco urbano y el resto en las
urbanizaciones de València la Vella -en dos puntos, en la calle Timó y junto a
la calle Melissa-, en el Molinet en el enlace con el parque Montealcedo, en la
Reva en la entrada de la Avenida dels Tarongers, en Entrenaranjos en la pinada de
la calle 104 y calle Murcia, y, por último, en un punto por determinar de Masía
de Traver.
El plan municipal de zonas de
esparcimiento canino prevé una serie de normas, usos y recomendaciones
destinadas al correcto funcionamiento de este servicio como el uso exclusivo de
mascotas caninas, prohibición de entrada de hembras en periodo de celo,
animales acompañados siempre por sus dueños, obligación de animales censados y
con microchip, obligación de recoger los excrementos, entrada y salida de los
perros del recinto con correa, los animales deberán llevar collares, los perros
agresivos deberán abandonar la zona, los menores de 14 años no podrán entrar si
no van acompañados de un mayor, no se podrán introducir pelotas y juguetes, no
se podrá comer o consumir bebidas alcohólicas y queda prohibido alimentar a los
perros en el interior.
En el caso de incurrir en
infracciones se han previstos tres niveles en función de la gravedad de las
mismas, como las leves con sanciones de hasta 750 euros, las graves con multas
de entre 751 y 1.500 euros, y por último, las tipificadas como muy graves que
acarrearán sanciones económicas de entre 1.501 u 3.000 euros. Tres infracciones
leves en un año serán consideradas graves mientras que tres graves en un año
pasarán a graduarse como muy graves.
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