José Enrique AguarQue el Gobierno de Ribó empieza la
casa por la ventana en casi cada actuación que emprende no es algo
nuevo, ni siquiera discutible, sólo hace falta ser algo observador y
andar por València.
Pero la situación en la que tienen
sumida a la Marina de València en cuanto al ocio nocturno, con la
connivencia de la Generalitat de Ximo Puig y Mónica Oltra, demuestra
fin de semana tras fin de semana su incapacidad absoluta para
gestionar esta ciudad.
La Marina Sur se ha convertido en
recinto habitual de festivales y conciertos con figuras nacionales e
internacionales que atraen a miles de personas durante casi todos los
fines de semana de junio a septiembre, que generan riqueza a la
ciudad. Es un lugar amplio, donde apenas se generan molestias por el
ruido, pero fatalmente comunicado. Cuando hay eventos que llegan a
reunir a más de 10.000 personas, y que el ayuntamiento sabe con
meses de antelación que se van a celebrar, es necesario reforzar el
transporte público y las dotaciones de policía local.
Concierto tras concierto, festival tras
festival, faltan efectivos de policía para controlar el tráfico y
el servicio de EMT o no existe o es insuficiente. Y lo mismo pasa con
MetroValencia, incapaces de dar servicio hasta las 2 o las 3 de la
madrugada a la Marina para que miles de personas se puedan desplazar
con seguridad y tranquilidad. Y no hablemos de permitir que más
taxis trabajen, eso parece imposible.
Es cuestión de voluntad política y de
saber gestionar. Y nada de eso tenemos ahora al frente del
Ayuntamiento de València.
Cientos de personas que tienen que
andar hasta 10 kilómetros hasta sus vehículos o sus alojamientos en
el área metropolitana , esperas de 2 horas para poder coger un taxi,
altercados con la policía por pura desesperación son parte del menú
habitual de los fines de semana en la Marina de València. Y hay un
responsable: Joan Ribó.
El alcalde de València y su gobierno
no pueden alegar desconocimiento. Saben meses antes qué evento se
celebra y cuál es su aforo, saben lo que pasa exactamente porque
concejales del Gobierno asisten a estos conciertos y festivales;
aunque claro puede que siguiendo el ejemplo de Pedro Sánchez su
"agenda cultural" no incluya el transporte público y sí
el oficial.
El Gobierno que promueve la movilidad
sostenible, el transporte público, las alternativas al coche, es
incapaz de habilitar autobuses extraordinarios nocturnos de EMT para
dar respuesta, ni tampoco exigir a la Generalitat que haga lo propio
con MetroValencia. Este es el nivel de cinismo de Ribó, de sus
concejales y de los que le mantienen en el Gobierno de València en
un silencio cómplice.
¿Por qué se permiten estos eventos en
la Marina si no ha posibilidad de transporte público ni de parking
para vehículos privados? Ese es otro tema muy interesante. Ese
pequeño reino de taifa que es el Consorcio de la Marina, repleto de
deudas, quebrado en teoría, pero que hace caja, y no poca, con cada
concierto y festival, que se quita la responsabilidad de encima sobre
el acceso y salida de miles de personas, pero sin cuyo permiso nadie
mueve nada en la Marina. Patético.
Tenemos uno de los lugares más
privilegiados del Mediterráneo para disfrutar del ocio nocturno en
sus múltiples versiones en la Marina de València, para todas las
edades y públicos. Ribó acabará por dejarlo hecho un erial, tanta
ineptitud junta no puede acabar de mejor manera.
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