Una vista de la Sierra Calderona desde uno de los chalets robados. FOTO I. R. Son muchos los vecinos del Camp de Morvedre que tienen en propiedad inmuebles rurales en las inmediaciones del Parque Natural de la Sierra Calderona y en los que disfrutan principalmente de fines de semana en familia entremezclados con el bienestar que allí la Madre Naturaleza les proporciona. Sin embargo, no todo es armonía ya que los dueños a su vez, sienten impotencia y miedo ante los robos constantes que se producen en sus casas.
Sin ir más lejos, la semana pasada entre el lunes 14 y el viernes 18 de febrero, varias viviendas de campo pertenecientes al municipio de Algimia de Alfara fueron asaltadas mientras estaban vacías. Los dueños no se percataron de lo sucedido hasta la mañana del sábado 19 de febrero. Fue justo en ese momento cuando se avisó a la Guardia Civil que una vez presentada en el lugar de los hechos hizo el parte pertinente y aconsejó a los afectados acudir al cuartel ubicado en la localidad de Estivella para tramitar las consecuentes denuncias.
En un principio, fueron concretamente seis las casas delinquidas en esa zona, pero los propietarios afectados aseguran que “cuando llegamos al cuartel para denunciar nos encontramos con más personas de otros puntos de la Sierra Calderona a los que les había sucedido lo mismo”.
Al estar desocupadas las viviendas no se dieron daños humanos, pero sí materiales como puertas forzadas o verjas de ventanas literalmente arrancadas. Con respecto a la cuantía estimada de los diversos materiales extraídos una vecina comenta que “se trata de una cantidad ridícula, ya que las cosas que se han llevado en general son absurdas tales como, tres neveras, un congelador, herramientas antiguas, calzado, cacerolas y vajillas de hace más de treinta años, botellas de vino, comida enlatada y productos de la huerta”, a lo que añade: “también es cierto que al no tener luz eléctrica intentaron forzar los reguladores de las placas solares de las que disponemos, pero no lo consiguieron”.
Pero éste no es un hecho aislado, ya que precisamente la semana anterior a este suceso en concreto, otras propiedades de la zona sufrieron actos de esta índole también. “Son robos extraños, ya no sólo por las cosas tan raras que suelen llevarse, sino porque este tipo de asaltos y sustracciones suelen incrementarse con el fin de la época de la recogida de la naranja cada año, no sabemos si puede haber o no algún tipo de relación, lo único de lo que somos conscientes es de que siempre coincide”, afirman tanto propietarios afectados como no afectados en este caso concreto.
Desde luego el miedo está servido entre los vecinos de las inmediaciones, el espanto emborrona cada día más sus miradas, cada vez les cuesta más observar la más pura belleza de ese paisaje natural que consideran digno de compartir pero no de robar. “Tenemos pánico. Hasta ahora acceden a nuestras viviendas mientras no estamos, pero… ¿y si un día lo hacen cuando estamos allí? No es justo, la mayoría somos gente humilde e incluso jubilados que sólo pretendemos disfrutar de la vida”, explica un afectado.
Al parecer hasta día de hoy se desconoce testigo y/o sospechoso alguno. La Guardia Civil continúa con sus investigaciones y los afectados a su vez ya han contactado con sus respectivos seguros, pero a pesar de todo los vecinos manifiestan que se sienten indignados, ya que “nuestras propiedades son una especie de nidos de dos, tres o cuatro viviendas juntas, separadas por bastantes metros de otras, en plena montaña, de segunda residencia pero al fin y al cabo nuestras. Pagamos nuestra contribución y demás al igual que el resto de ciudadanos, sin embargo nos sentimos débiles debido a la falta de seguridad en la zona. Debería haber una vigilancia más potente, y ya no sólo por nuestras casas, sino por la protección general de un Parque Natural tan sobresaliente como es la Sierra Calderona”.
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