Y el gran duelo se
produjo ayer. Los dos espadas, Rubalcaba y Rajoy se batieron en liza algo
desigual. Desigual porque Rubalcaba iba de perdedor y Rajoy de vencedor y con
esos papeles repartidos empezaron el debate. Nerviosos, muy nerviosos. Rajoy se
apoyaba en los papeles, leía lo que debería poder explicar sin leer que es la
presentación de su candidatura. Rubalcaba tartamudeó.
Gente más versada que yo en el lenguaje corporal ha dicho
que Rubalcaba mintió y que Rajoy no dijo exactamente lo que pensaba.
Rubalcaba acudió al debate a no debatir, simplemente a
intentar desvirtuar al contrario, no defendió su gestión, no habló de su programa,
de hecho, como sumun del sin sentido, tenía todo el rato el programa del PP
abierto pero no el suyo.
Acudió a no dejar jugar y a intentar picar a Rajoy para
que entrara en su juego. Rubalcaba no miraba papeles, normal, la demagogia no
es necesaria escribirla, y si se es un experto en retórica como es Rubalcaba,
hace menos falta todavía. A fin de cuentas los datos los tenía Rajoy y Pérez
Rubalcaba lo sabía.
Rajoy intentaba explicar medidas económicas mientras
Rubalcaba volvía al mismo pesado, trasnochado, viejo y cansino argumento de los
ricos y los pobres; a que el Estado ha de sacarnos de la crisis y a augurar
tiempos difíciles de recorte de derechos sociales con el PP, creyendo que esos
argumentos iban a calar en una sociedad madura como la española, demostrando
así un escaso aprecio por la inteligencia del español medio.¡¡como si el no
trabajar no fuera suficiente recorte social!!
Lo que sí que consiguió Rubalcaba fue hacerse con la
batuta de gran parte del debate, transformándose en interrogador de Rajoy con
tal mala suerte que ese arma se volvió en su contra. Rubalcaba hablaba como
jefe del partido de la oposición, daba por hecho que Rajoy iba a aplicar su
programa de forma tan descarada que solamente tras la primera pausa, Rubalcaba
apostilló aquello de “en el caso de que gane usted las elecciones”.
La pasmosa actuación de Rubalcaba llegó a tal punto que
llegó a decir a Rajoy “ahora el que miente es usted” dando por sentado que
antes mentía él.
Rajoy, según todos las encuestas, salió victorioso de ese
debate, si bien, tras una actuación algo floja en el tú a tú, dejó salir con
vida a un Rubalcaba que fue mucho más vistoso que Rajoy, que tuvo mucho más calado y logró transmitir parte de su mensaje y de sus
propuestas, tan estudiadas por el candidato socialista, que se le olvidó hablar
de las suyas.
Las elecciones del 20-N van a ser decisivas y será
necesario o un consenso con un PSOE responsable y fuerte, (dos cualidades harto
olvidadas por este partido) o una mayoría lo suficientemente fuerte para
acometer reformas de calado e imprescindibles para convertirnos en un país de referencia
mundial.
Rubalcaba acudió a no dejar jugar al contrario y al final
fue expulsado del partido.
(puedes votar en la encuesta sobre quién ganó el debate en www.elperiodicodeaqui.com en la columna de la derecha y opinar sobre quién venció en http://www.elperiodicodeaqui.com/noticias/quien-crees-que-ha-ganado-debate-mariano-rajoy-o-alfredo-perez-rubalcaba/11116)
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