Instalaciones de Saggas. EPDA. La planta de regasificación
de Sagunt de Saggas anuncia que
ha solicitado poder realizar una nueva actividad en su planta, concretamente el
trasvase de GNL buque a buque. Explican que se trata de una actividad que está
contemplada en la regulación actual del sistema gasista español y que lleva
años desarrollándose en todo el mundo.
Esta actividad es demandada por los
usuarios de la planta porque indican desde la empresa que "incrementa la eficiencia de la operación y la
seguridad de la misma al realizarla dentro de los diques abrigados. Todo ello
en unas instalaciones preparadas y seguras para ello".
Para poder realizar esta operación, la empresa
ya está realizando los trámites administrativos pertinentes. En estos momentos,
Saggas está en el proceso de modificación de la Autorización Ambiental
Integrada, ya que ha sido necesario acometer una nueva evaluación de riesgos de
la instalación. El proyecto ya ha sido sometido a información pública y se ha dado
respuesta a las diferentes alegaciones presentadas.
Hace unos años la empresa realizó una
inversión de 11 millones de euros en la puesta en marcha de un compresor
destinado a mejorar la eficiencia del sistema productivo de la planta y reducir
las emisiones de CO2, por lo que indican que mantienen un firme
compromiso con la sostenibilidad ambiental. Además, la compañía verifica
anualmente su Huella de Carbono y tiene registradas sus huellas de carbono
anuales correspondientes al periodo 2013-2016 en la Oficina Española de Cambio
Climático, obteniendo los sellos Calculo y Reduzco.
En la propia web de la empresa destacan que el respeto por el medio ambiente es uno de los factores esenciales a la hora de definir la actividad de Saggas. Saggas también se ha adherido
voluntariamente al proyecto OGMP 2.0, impulsado entre otros por Naciones Unidas
y la Unión Europea, con el objetivo de reducir las emisiones globales de metano
del sector oil&gas entre un 60%-75% en 2030.
La Unión Europea considera necesario el
uso del gas natural en la hoja de ruta de la descarbonización, al poder
sustituir a otros combustibles fósiles más contaminantes (por ejemplo en el
sector transporte y más concretamente en el marítimo) y como soporte al
carácter intermitente de algunas energías renovables.
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