Davinia Bono.
Reiniciamos curso político con un
importante tema sobre la mesa. ¿Elección de alcalde directa o indirecta?
La preocupación de cómo fortalecer la
democracia en el ámbito local, y por tanto, dar más importancia a lo que
deciden los ciudadanos es una de nuestras premisas. Es momento de avanzar y
para eso necesitamos el diálogo con todos los grupos políticos.
Desde el Partido Popular apostamos por
la regeneración democrática que tiene como premisas abrir las instituciones a
la sociedad, fomentar su presencia en la vida pública y enriquecer el debate
político.
La propuesta de elección directa de los
alcaldes que ha puesto sobre la mesa el Partido Popular está basada en el
sentido común y en el respeto a la decisión de los ciudadanos expresada en las
urnas. Es una medida que avanza en generar más credibilidad en las
instituciones.
Nosotros cumplimos con nuestro programa
electoral llevando a negociación con todos los partidos políticos la reforma
de los sistemas de la elección municipal. Creemos que deben ajustarse los
modelos electorales a la voluntad ciudadana y quiero recordar que la mayoría
de los partidos han llevado en sus programas que los alcaldes los elijan el
pueblo directamente.
La idea es muy sencilla, mientras
nosotros queremos que gobierne el que gane, es decir, “juego limpio”, otros
pretenden que mande el que pierda, lo que viene siendo “juego sucio”. De esta
forma no es razonable ni de sentido común la postura del Partido Socialista.
Ahora no están dispuestos a hablar y prefieren que gobiernen los elegidos en
los despachos después de las elecciones, en vez de respetar la voluntad
ciudadana.
Rechazar la elección directa de alcaldes
o la reducción de diputados demuestra que las proclamas de regeneración de la
izquierda son una farsa. Se les llena la boca continuamente con palabras como
democracia o participación y resulta que cuando se ponen sobre la mesa
propuestas en ese sentido las critican y las rechazan hasta el extremo de ni
siquiera querer sentarse a hablar.
La izquierda es especialista en decir
una cosa y hacer la contraria. Los mismos que hablan de primarias para sus
partidos se niegan a que los ciudadanos puedan elegir directamente a sus
alcaldes o a una parte de los diputados. Prefieren dedicarse a la pataleta
continua antes que sentarse a hablar de reformas profundas con las que salgan
beneficiados los ciudadanos.
La negativa de los partidos en la oposición a la elección directa
de alcaldes es un claro atentado a la democracia en nuestro país. Esta es una
actitud de salir con mentalidad de perdedor. No deberían de “tener miedo” al
dialogo y la negociación. Es un gran ejercicio de democracia.
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