Sagunto

Paco Novella.

Si algún valor predomina en la constitución de Sagun­to como ciudad es principalmente su elemento de siempre integrador sin necesidad de ser unitario. Sagunto es un ele­mente vertebrador que con sus distintos núcleos armoniza a la perfección esa historia que une desde la diversa pro­cedencia como pulso constante: esa historia que es tierra, tierra común y compartida, nobleza por su diversidad que enriquece y nunca empobrece sino que aumenta en su po­tencia y su dinamismo como centro y como ciudad misma.

Sagunto (cada vez que digo Sagunto incluyo por su­puesto a El Puerto de Sagunto) siempre ha destacado por su capacidad de diversidad e integración desde el distinto ori­gen, con criterios de unión frente a la división so pretexto de la discriminación que si existiera se ha de corregir pero desde la unidad como sentimientos compartidos. Sagunto no se negocia ni se vende: la tierra propia es nuestra misma identidad que nos define cómo somos y cómo nos sentimos personas pegadas a la personalidad múltiple de una gran ciudad desde la diferencia, iguales pero a la vez distintos.

La historia diversa es sobre todo común, compartida con otros: sin creerse unos mejores que otros o que unos viven a costa de los demás como rancios argumentos que sólo dan como resultado la confrontación innecesaria y es­téril que no beneficia a nadie – he de suponer- y que perjudi­ca a todos desde ese nexo que aúna voluntades y esfuerzos, trabajo y espíritu desde la determinación y la dedicación para engrandecer Sagunto

La pujanza e importancia de Sagunto radica en su ca­pacidad conjunta de actuar y mejorar, de crecer desde lo diferente pero no extraño y nunca para separar pues en la división se resta y nunca se suma. En un artículo pasado “ Saguntinitos” señalaba esos mismos valores como identi­dad de una gran ciudad donde la suma posibilita un mayor crecimiento para todos sin excepción alguna en nuestra ciudad y nuestro bienestar: la suma asegura una mayor ca­lidad de vida y una capacidad de acción mayor. Si pudiera errores o discriminación sea donde fuere corríjanse pero jamás para la división para que nuestra gran ciudad siga siéndolo-y aquí sí personalizo- continúe siendo como es mi vida, mi tierra y mi sangre entera.