El abogado Jaime Navarro. EDPA Que necesitamos... oh Alberto! y urgentemente, una sociedad como te dirÃa yo...más sostenible, más inclusiva. Transformanos pues socialmente y para siempre, humildemente imploramos; que no se puede aguantar mi alma con tanto techo de cristal y tanta plusvalÃa.
Y vete cerrando toditos los salones de juego, que no hay derecho, proletarios, pero eso sÃ, con cuidadÃn leguleyo, no vaya a ser que te cruja la Calvo con su nueva Ley de la Alzheimer, que aún a retazos recordamos, que Franco prohibÃa y con ahÃnco los bingos, los garitos, los casinos...
Y sacanos cuanto antes de la OTAN, ahora que dice Trump que le va a quitar la derrama y total ya no va a servir para nada. Que ni una hora más permitas que el suelo patrio mancillado siga por tantas y tan cutres bases americanas.
Pues por fÃn abre nuestras fronteras de par en par como en una machacona canción de John Lennon, y que entre todo Cristo. Con papeles o sin ellos. Qué más dará...! Sà todos ahora tenemos en nómina el Ingreso MÃnimo Vital. Y gracias a Pablo.
Pero eso sÃ, a nosotros déjanos otra vez bien encerraditos en nuestros pisos, mayormente de cuarenta y pocos metros cuadrados. Construidos. Que lo del Muro de BerlÃn es sólo un juego de niños, comparado con estos arrestos que para ser tan novato, hay que ver que bien decretas. Mil machos.
Y todo sea sin duda a mayor gloria de los traidores estos del revisionista Partido Comunista Chino, que por supuesto nada tiene que ver con esta putÃsima pandemia. Otro maldito bulo de las insidiosas hordas conspiranoÃcas, tan neoliberales y capitalistas, que tanto medran y usurpan los massmedia. Y es que nunca descansan...serán Cayetanos...!
Por eso, Albertito, púrgalos...nacionalizalos... de una vez y para siempre! y púrganos a todos y sin más dilaciones, pues ya sabes que no somos más que escoria, esos babosos gusanos enemigos del pueblo; una caterva de negacionistas/terraplanistas, que como mÃnimo debemos ser reeducados.
Tarea difÃcil ministro, hoy dÃa, bien cierto; pues hasta los Gulags han cerrado. Y además por fÃn sabemos que no abrieron nunca. Y que ni siquiera hay ni hubo una mÃsera checa que a la boca llevarnos... Según dicta, y tan justa decreta y sanciona. Cómo no, la muy alegre de la Calvo.
Comparte la noticia
CategorÃas de la noticia