José Luis Chover.//FOTO EPDA No
podemos cambiar el pasado, pero sí salvar el futuro. En ese
camino estamos. En ese rumbo me dirijo con un grupo de hombres y
mujeres comprometidos para que gane la ciudad, tu ciudad,
nuestra ciudad. En la obsesión de una política sana, que mira hacia
adelante, debemos aprender de lo pasado para generar un nuevo
impulso, renovador y creativo. La herencia negativa que deja la
gestión de Alfredo Castelló y su grupo como “fruto” de su
legislatura, se suma a la crítica situación actual de la
Generalitat, en quiebra económica total, sumida en el déficit
astronómico y en la carencia de gestión, además de la crisis
global de los mercados, de cuyos efectos vamos tímidamente
saliendo, pero que nos asegura que nada va a volver a ser como
antes. Por eso, debemos aprender del pasado y dedicarnos salvar el
futuro.
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Castelló
como Alcalde saliente nos deja un Ayuntamiento acantonado en un
presente de inacción y alejado de los vecinos y sus necesidades
reales, sólo disimulado por un cúmulo de propaganda dedicada a
hacer creer a los ciudadanos una presunta acción de gobierno en
todos los frentes y con todo tipo de personas y en todas las áreas.
No es verdad. La realidad es que en su inmensa mayoría es la
apropiación de gestiones que le vinieron de fuera, por valor de
muchos millones de euros o la conclusión tardía de proyectos que le
dejamos casi a punto en la legislatura anterior. Nos deja una
administración local con déficit, endeudada y sin presupuestos
aprobados. Una gestión económica que dista mucho del superávit, el
plan de saneamiento y el proyecto de futuro previsible, hoy
mucho más valorada que en su momento, que se encontró hace ahora
cuatro años fruto de nuestra gestión. Otra vez, como en el 2003, el
PP nos dejará un buen puñado de sorpresas por descubrir sobre el
estado de las cuentas –hoy todavía no se conoce la liquidación
del presupuesto prorrogado de 2010- y la valoración de los
proyectos. Pero estamos preparados nuevamente para volver a
poner en marcha la ciudad. Para salvar el futuro de todos y todas con
un proyecto de progreso honesto y de desarrollo sostenible, el único
método posible de crecer de verdad.
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Lo
afirmo porque es la cruda realidad. Saquen cuentas, analicen,
piensen. Durante años, este ha sido un Ayuntamiento ausente donde
debería haber sido el principal protagonista para la contención,
para la colaboración, para la exigencia, para los acuerdos,
para la solidaridad cuando se estaba en buenas condiciones o
cuando la crisis agudizó la evidencia de que el gasto corriente
vaciaba las arcas municipales y todo el interés de Castelló seguía,
al mejor estilo de sus maestros de la Comunidad, rondando los
intereses urbanísticos o la utilización del suelo para generar
ganancias.
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No
quiero ser injusto, pero me puede la ironía de recordar el anuncio,
la promesa y el ejemplo de un Alcalde moderno y modernizador,
cuando se puso en marcha la original idea de colocarle faldas a
los muñequitos en los pasos de peatones. Allí acabó la
promesa. El resto es un largo historial, sea con la Gerencia, con el
Paseo Marítimo, con Red Eléctrica, con el AVE, o con el largo
peregrinaje del CES por todas las Consellerías solicitando
inversión y empleo, por nombrar alguno de los hechos más
debatidos, de conflictos donde logró involucrar a la mayoría
de las fuerzas sociales, para obtener ningún resultado.
Malogrando la energía y la credibilidad de estas organizaciones
en enredos insostenibles por la lógica y la coherencia, donde la
ciudad siempre ha salido perdiendo.
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Y
no es ésta una evaluación de la gestión de cuatro años de
gobierno timorato, mínimo, seco, soso, pues debería extenderme
a las áreas sociales, a la radicación de empresas, a la gestión de
empleo, a la preparación de las estructuras de la ciudad para
un futuro distinto… es simplemente y por desgracia, la
conclusión de que el pasado no lo podemos cambiar, y paralelamente,
el compromiso que con la fuerza de la ilusión podemos salvar el
futuro para que gane tu ciudad, la nuestra, la de todos y todas.
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