Eduardo del Pozo Querol. /EPDA El mes pasado visité la Albufera acompañado de mi síndica, Ruth Merino, y nuestro portavoz en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, y recorrimos con pescadores y agricultores los canales del lago. El nivel del agua ha bajado de forma alarmante y la hélice de la embarcación removía los sedimentos, el agua no era cristalina como hace unas décadas, era gris y marrón y la navegación se hacía complicada en algunas zonas por el exceso de cañas. También estuvimos en El Palmar, con sus vecinos, que quieren como nadie su Albufera, que ven y sienten su agonía y su degradación paulatina, destacando la desconfianza que tienen por tantas promesas incumplidas, aunque la esperanza no la pierden, ni la perderán nunca, la Albufera es su vida.
En Les Corts, tanto en el pleno como en comisión, he tenido interpelaciones constantes, con la consellera Mireia Mollà y para ello me he documentado en busca de la realidad y de las soluciones, me he reunido con catedráticos de varias universidades y con otros expertos que me trasladaron sus opiniones, preocupaciones y soluciones. No se trata ya de conservar este parque natural, ya no es conservación, porque primero hay que recuperarlo de la situación crítica en el que se encuentra. El agua ha bajado de nivel, llega en menor cantidad del río Júcar y entra contaminada por falta de depuración, colectores y tanques de tormenta.
La Junta Rectora se reúne cuando se reúne. Ningún funcionario quiere ser director del parque, tres procesos de convocatoria y ningún candidato, por algo será. El expresidente de la Junta Rectora Víctor Navarro dimitió, quizás no aceptaba ser una figura decorativa. Además, en siete años de Gobierno de PSPV, Compromís y Podemos, no se ha aprobado ni el PRUG ni el PORN de la Albufera, hablamos de las normas jurídicas que protegen el parque, increíble.
La Albufera, nuestra joya medioambiental, languidece porque nos gobiernan ecologistas de boquilla, que gestionan un presupuesto anual de 25.000 millones de euros, que nos dijeron que, en 2021, invertirían 240 millones y solo gastaron 10. En este año 2022 nos hablaron de un plan de 600 millones y ni tan siquiera lo incluyen en los presupuestos.
No me conformo, no debemos conformarnos, la Albufera es nuestra idiosincrasia, nuestra historia, nuestros ancestros, nuestras raíces, nuestra vida y nuestra obligación de transmitirla a generaciones posteriores. Basta ya de titulares de prensa, basta ya de vender humo. Lo que no hagamos hoy, lo lamentaremos mañana. ¡Salvem l´Albufera!.
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