Agentes de la Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat observan un cuadro falso de Amedeo Modigliani intervenido en una operación policial. EFE/Biel Aliño/Archivo
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia juzga este lunes a un hombre acusado de comerciar cuatro pinturas de Modigliani falsas y que se enfrenta por ello a una petición de condena de 3 años de prisión.
El acusado es un ciudadano holandés, que reside de forma legal en España y que no tiene antecedentes penales, y que en octubre de 2019 acudió a una galería de arte ubicada en la capital valenciana con la intención de vender las referidas piezas.
Las obras son: un dibujo a lápiz que representa a una mujer desnuda, dos lienzos pegados a tablas que representan el rostro de una mujer y un dibujo sobre papel que igualmente representa La cara de una mujer.
Según el relato del fiscal, el procesado indicó que las piezas eran auténticas y que eran de su propiedad, y presentó, en calidad de auténticos también, unos certificados fotocopiados firmados supuestamente por el ya fallecido "Arthur S. Pfannstiel", que acompañó de informes y catálogos para dar apariencia de autenticidad de las mismas.
El hombre dijo que las había adquirido de "personas no identificadas" en una fecha que tampoco concretó, y manifestó su interés en ponerlas a la venta en la referida galería.
Sin embargo, varios informes emitidos por peritos designados judicialmente han concluido que las cuatro pinturas son una "reproducción por imitación de las auténticas" y que "no son atribuibles a Modigliani".
El Ministerio Público sostiene que el procesado ocultó que las obras eran falsas al propietario de la galería de arte -por este motivo no acusa al galerista- y que en el marco de este engaño ambos firmaron unos documentos de recepción y cesión de tres de las obras, que iban a ser puestas a la venta por precios que oscilaban entre los 1,5 y los 4 millones de euros cada una.
La Policía Nacional, que tuvo conocimiento de estos hechos en diciembre de 2019, se presentó en la galería e intervino las piezas, que según detalla el fiscal, se encontraban a la espera de ser certificadas por un experto antes de ser catalogadas y puestas a la venta.
El propietario de la galería no había abonado cantidad alguna al procesado a la espera de dicha verificación.
El fiscal considera que estos hechos son constitutivos de un delito de estafa en grado de tentativa de bienes que integren el patrimonio artístico, histórico y cultural por una cuantía superior a 250.000 euros, por lo que pide para el procesado una pena de 3 años de prisión, una multa de 2.700 euros y el decomiso y envío de las obras al Museo de la Policía.
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