Pablo Seguí. //EPDA El archivo de la denuncia del
PP contra la gestión de Divalterra supone “un nuevo fracaso político y penal”
de la portavoz ‘popular’ en la Diputación de Valencia, Mª Carmen Contelles, y
del diputado Rafael Soler, miembro del consejo de la empresa pública por el PP
y ex gerente de Imelsa, cuya “obsesión por encontrar un nuevo yonki del dinero
les está haciendo presentar denuncias sin fundamento y caer en el ridículo más
espantoso”, según ha señalado Pablo Seguí, portavoz socialista en la Diputación
de Valencia.
Seguí cree que lo único que
han logrado Contelles y Soler es “establecer un nuevo récord: el del tiempo de
archivo de una denuncia por parte de un fiscal”. “¿Cómo sería la denuncia?”, ha
ironizado Seguí, que ha continuado diciendo que “por muchas cortinas de humo
que quieran lanzar, el PP no podrá ocultar que el 25% de su grupo en la Diputación
tiene causas penales pendientes y que la señora Contelles aún no ha explicado
qué relación guarda con el Caso Púnica”.
Para el portavoz socialista
en la Diputación de Valencia, Rafael Soler, ex gerente de Imelsa y uno de los
impulsores de la denuncia archivada, “en lugar de enredar en la Fiscalía,
debería aclarar su gestión en Imelsa, que su partido convirtió en un instrumento
de corrupción masiva”.
Pablo Seguí ha recordado que
“cuando se conoció la denuncia ya les advertimos que todo iba a quedar en nada,
como así ha sido, porque no había nada”. El portavoz socialista ha declarado
que si el PP cree que “haciendo perder el tiempo a la Fiscalía con denuncias
estrafalarias sus múltiples casos de corrupción van a quedar impunes es que
desconoce la profesionalidad de los fiscales y de los jueces”, y ha añadido que si los ‘populares’ hubieran actuado con la transparencia
y la dignidad con la que se está gestionando actualmente la empresa pública,
"seguro que no se hubiera producido la detención de la cúpula del PP en la
Diputación de Valencia como si de una organización criminal se tratara y las
valencianas y valencianos no hubiéramos sentido tanta vergüenza de nuestros
dirigentes políticos".
Para los socialistas, la portavoz del PP debería ser la
primera en "pedir perdón por casos como Taula o Púnica, del que ella no es
ajena, en lugar de estar obsesionada con encontrar un yonki del dinero como
parapeto a sus casos de presunta corrupción", han señalado.
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