Leo con atención artículos sobre el tema
candente actual, el acuerdo entre el PSOE y PP para limitar el gasto público;
opiniones de todos los tipos: unas más acertadas, otras más científicas. Y me
pregunto yo, como tanta gente ¿Porqué no se hace un referéndum vinculante si se
trata de un tema tan trascendental, una modificación de la Constitución? ¿No
dijo Rubalcaba, que escucharía las peticiones de los indignados? Siguen igual
dando la espalda al pueblo, al ciudadano y se ponen de rodillas ante las
agencias especulativas, la derecha neoliberal europea, el FMI, el BCE…
Primero con la posibilidad de encadenar
contratos temporales y ahora con esta reforma por la puerta trasera de la
Constitución, además de otras artimañas ultraliberales que ha llevado este
Gobierno, tales como el pensionazo, la reforma laboral, la privatización de
empresas rentables como aeropuertos o loterías y un largo etcétera de este
Gobierno que se dice de izquierdas y que escucha al movimiento 15-M.
La democracia participativa y directa, se
olvidó hace tiempo, es más se ha dicho por activa y por pasiva que no se podía
modificar la Constitución en temas como la Ley Electoral, en cambio, en esto
parece que si, raro y sorprendente diría yo. Y ahora con nocturnidad y alevosía,
sin que figurara en sus programas electorales los dos partidos que se dicen
representar a la inmensa mayoría de españoles-esto es mentira dado la injusta
ley electoral que rige nuestra democracia (92% de representación en la cámara
baja, 66% en votos)- se ponen de acuerdo y secuestran el poder público y del
Estado, limitando el déficit público español, uno de los más bajos de nuestro
entorno, una jugarreta orquestada por el capital y los mercados.
Es verdad que vivir con un constante déficit
público grande es inviable, pero hacerlo por ley supone limitar el papel del
Estado, con lo que se ampliará los horizontes a la iniciativa privada en
sanidad, en educación, en servicios sociales… Además vivimos en el país de la
UE-15 que menos recauda, esto supone que si se recauda poco se gastará poco,
¿Con lo cual que nos queda? Un Estado del Bienestar, maltrecho y limitado. La
solución es fácil, recaudar más y hacer políticas fiscales justas, subiendo el
IRPF y estableciendo de nuevo el impuesto de patrimonio. En Francia, las
personas con rentas más altas quieren pagar más impuestos, que tomen nota
Botín, Alierta y compañía.
Y en Italia, Berlusconi ya lo ha hecho; aquí
mientras esperamos aprestarles el cinturón todavía más a los trabajadores, así
las empresas con beneficios despiden a la gente y los directivos se suben los
sueldos, todo ello gracias a un Gobierno que hace mucho dejo de posicionarse
con las clases populares y escuchó sólo a los grandes culpables de esta crisis,
los especuladores.
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