En los últimos tiempos la realidad social y política hace que se dan más procesos electorales de los recomendables a priori. Las personas necesitamos una normalidad y previsión del hechos porque nos da seguridad a la vez de vivir diariamente. Saber que tendremos un mes de vacaciones, vendrá navidad o que todos los domingos hay paella es parte de nuestras vidas. La política conlleva también una época de posicionamiento en los partidos, procesos de elección de los candidatos, propaganda, elecciones, análisis político, gobierno y nuevas medidas que a unos les gustará ya otros no, que dará derechos, repercutirá en la economía mejor o peor, recortará servicios ... y la ciudadanía está contenta por participar y hacer grande la democracia.
De nou la ciutadania estem convocats per triar l’opció
política que creguem millor i una part manifesta estar cansada i farta perquè
els resultats no s’han reflectit en un govern estable, però tots estem d’acord
en que volem el millor govern possible per tindre unes polítiques públiques
adequades. En aquestes eleccions moltes persones estan molestes perquè volien
una solució política que no s’ha donat i és què en massa partits primen els
interessos partidistes y/o particulars. Això ens te que fer recapacitar molt
per triar el partit que posa primer el millor per al país i no pacta qualsevol
cosa per estar governant. Si així haguera fet el Partit Socialista, a hores
d’ara, estaria al Govern però segurament rebent pressions més enllà del pacte
de coalició signat que faria provisional i inviable la legislatura. Per tant es
hora de reflexionar de nou entre tots i totes, tenint en conte el que ha
passat, quina és la millor opció per tindre polítiques publiques igualitàries,
justes i responsables.
Hay que recordar que durante muchos años la ciudadanía no pudimos elegir libremente las personas que queríamos para legislar y gobernar. Costó mucho y muchos años conseguirlo. Hay que recordar que algunos partidos y bastante políticos desean que las cosas vuelven a ser igual que entonces y eso no nos lo podemos permitir. Hay que repensar bien qué partido puede garantizar libertad, igualdad, democracia y respeto. Y, en cualquier caso, hay siempre votar. Nuestros antepasados no se cansaron de luchar por la democracia, el derecho de voto es una conquista y nosotros no podemos nunca cansarnos de votar, es un privilegio que muchas personas de muchos países no tienen y lo que nosotros no podemos renunciar.
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