Pablo Abelleira. ...cuantas cosas quemaría. Programas de la tele como el de
Santiago Segura nos hacen recordar viejos éxitos de la música,
o hits, como se dice ahora, y uno de ellos es el de “Si yo
tuviera una escoba”, de Los Sirex, los mismos que odiaban a
los feos. No es que aquí odiemos a nadie, ni mucho menos. Sólo
que como se acercan las fallas, sí que me atrevo a decir que
si yo tuviera una falla… cuántas cosas quemaría. Así a bote
pronto, quemaría a los caciques. Que cada cual piense lo que
quiera, pero en fallas también caen botellas de este preciado
ron y no suele llegar la sangre al río.
Filosofando sobre el carácter purificador del fuego no vendría
mal deshacerse de varias cosas que campan en nuestra política
municipal y en algunas actitudes que nos alejan del gobierno
para la gente, del diálogo y la empatía con el resto de
políticos y con la ciudadanía, que es nuestro objetivo último
en la gestión. Nosotros, desde ADN, nos quemaremos(si hace
falta) por nuestra ciudad y por nuestras ideas como quedó
claro con los toros, con el soporte a la industria, o con el
apoyo a los topónimos en ambos cascos urbanos en sus
celebraciones propias.
En nuestra imaginaria hoguera de las vanidades pondríamos a
las personas qe tiran la piedra y esconden la mano, a las que
piensan que todo esta mal , a las que viven criticando el
mérito de las demas sin haber demostrado nunca un mérito
propio, y a otras que también nos ponen piedras en los
zapatos para hacer más difícil nuestro camino. Todos ellos
arderían, para purificarse, y la música de los masclets y las
charangas serían testigo del ritual primaveral y renovador que
son las fallas, una fiesta con libertad para criticar y
mostrar el carácter socarrón del pueblo valenciano. Arderían
aquellas que nos hacen tan difícil y aburrido este viaje. En
plan despertà diremos que asistimos a diario a una
manipulación tremenda por parte de los medios. Todo lo que
huele a Podemos, a cambio y a abrir ventanas para airear es
una amenaza a lo establecido, y como tal debe ser silenciada o
ensuciada de la forma que sea. Ellos tienen su maquinaria de
destrucción masiva de intenciones pero no podrán con la luz de
nuestras “disparaes”, ni con la intensidad de nuestros
“pasacalles”. Podría seguir barriendo, pero es momento de
disfrutar de la fiesta, de hacer un llamamiento a la cordura y
de evitar fuegos innecesarios para la marcha de la ciudad y su
buen gobierno. Sagunt en falles!
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