Chelo Poveda Desde siempre me ha gustado ir a los mercados a comprar: el trato cercano, el producto fresco, el comercio de cercanía... Podemos encontrar buen pescado mediterráneo, tomates valencianos de calidad o incluso brotes y flores comestibles que innovadores y jóvenes agricultores cultivan en nuestras huertas. Y lo más importante de ir a nuestros mercados: el dinero pasa de unas manos a otras, pero se queda en nuestra tierra, en nuestra gente.
Tras el confinamiento pude comprobar y compartir con las dueñas y las trabajadoras de los puestos como la afluencia de gente en los mercados había aumentado. Charlamos también sobre las iniciativas que habían llevado a cabo durante el confinamiento y sobre cómo se adaptaron al comercio electrónico y al reparto a domicilio. Sin embargo, en todos los puestos me comentaban lo mismo: queremos que la gente venga a comprar, porque venir al mercado no solo es venir a comprar, es algo más. Y tienen toda la razón.
Hace poco nos reunimos con Confecomerç y pudimos profundizar en las necesidades del sector y en los fallos de la actual política municipal. Los mercados, más allá del mercado central, necesitan el apoyo de las instituciones y sobre todo necesitan que las instituciones les escuchen, porque nadie mejor ellos conocen sus necesidades. Amén de unas ayudas Covid mejor estructuradas para el pequeño comercio y el comercio viable (que nos debe hacer reflexionar a todas las formaciones), necesitan unas buenas conexiones de transporte público con las distintas partes de los barrios y de la ciudad para que una pueda ir a comprar sin necesidad de coger el coche, pero a la vez, se requiere una infraestructura para que quien vaya en coche pueda aparcar.
Necesitan también participar de la vida del barrio, es decir, ser partícipes de la toma de decisiones para poder enriquecer al barrio. Un barrio con comercios pequeños y con su mercado en funcionamiento es un barrio sano y con empleo de calidad. Y, por último, es necesario que el ayuntamiento y los mercados participen de forma conjunta en la promoción de los mismos y no que el ayuntamiento haga y deshaga sin contar con los mercados.
El horizonte de Podem Valencia con nuestros mercados es claro: mejores campañas y más coordinadas, mejores comunicaciones e infraestructuras, más y mejor participación y estar atentas a sus propuestas. Porque una ciudad es algo más que gigantes de los negocios tecnológicos o pisos turísticos y visitas guiadas que más que hacer ciudad la deterioran; una ciudad la hacen grande sus gentes, sus barrios y también sus mercados. Porque los pequeños comercios son nuestro tejido económico más cercano, el más amable y el que más nos cuida. Porque son el último eslabón de otras muchas vecinas y vecinos que les llevan los productos o que los fabrican, crían o cultivan. Todas estamos interconectadas, todas nos debemos cuidar. Cuidemos a nuestro pequeño comercio y a nuestros mercados para así construir la ciudad que todas queremos y nos merecemos.
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