José Forés Romero. No parece buena la estrategia que han utilizando desde el Botànic para defenderse de la investigación abierta contra el hermano de Ximo Puig y el director general de Política Lingüística, Rubén Trenzano, por aquello de las ayudas al valenciano y por las que las empresas de francis Puig habían recibido más de 400.000 euros en subvenciones desde el 2015.
Lo que hacen PSPV y Compromis es, básicamente, restar importancia a las acusaciones y a la apertura de la investigación, sosteniendo que todo es cosa del PP y de su política de denuncias desenfrenadas que han ido presentando desde que el Botànic se conformara como gobierno.
Recuerdan los agraviados, que la mayoría de ellas han ido caído cual castillo de naipes, y que el Partido Popular, con Olivas condenado, Camps y Zaplana bajo investigación, no puede ir por ahí dando lecciones. Resultan ciertas esas acusaciones, pero ello no es excluyente de afrontar el asunto en cuestión de otra manera, es decir, con transparencia, que es algo de lo que presumen y mucho.
Pero es que además no solo parece errónea sino que incluso es calcada a la que usaba el PP cuando le llovían noticias y denuncias por sus numerosisimos casos de corrupción, que, por cierto, muchos se confirmarían después en los tribunales. Los populares achacaban a los del PSOE toda las acusaciones que le caían. Parece que el PSPV ha decidido seguir ese taxi.
El problema es que no se puede, ni se debe, salvaguardar el honor de uno, comparándolo con lo que hacían los otros, no es ese el listón ético que deben ponerse, sino, más bien, el suyo propio, el que se supone que, según ellos, está por encima de los otros, sobre todo cuando uno dice haber recuperado la hipoteca reputacional y de ser cristalino como el agua.
Mas allá de que el caso se estampe en un muro jurídico, o no, sus votantes, mejor dicho, la ciudadanía exige mucho mas de lo que están dando en este y en otros casos, porque el nivel de exigencia ha subido y debe ser correspondido.
Por lo sabido, éste no parece uno de esos casos con los que el PP se ha cebado poniendo denuncias, no lo parece y lo que es peor, huele fatal, porque una cosa es que un empresario, se llame Puig o Rodrigo, opte a las ayudas, y otra que haya multiplicado por 250 las mismas desde que está su hermano en la Presidencia. Y que encima le hayan llegado por otras autonomías, presuntamente por los mismos conceptos, apesta aún más.
Lo mejor que puede hacer Puig es mostrar transparencia y claridad y comparecer como ha pedido el PP que lo haga.
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